miércoles, 19 de febrero de 2014

Nebraska


En la primera película que vi de Alexander Payne, “Los descendientes, me sorprendió la extrema sensibilidad con que este director abordó el tema de la pérdida de un ser querido. Cuando la medicina ya nada puede hacer por ti, decidir, vía testamento vital, si quieres o no que tu corazón siga latiendo conectado a una máquina. Que familiares y amigos acepten la decisión, sin juzgarla, y se preparen para la despedida, siempre triste y difícil, pero digna. 

Una campaña publicitaria engañosa, de esas dirigidas a pobres incautos e ingenuos sin maldad, le anuncia a Woody Grant (¡fantástico Bruce Dern!) que ha ganado un millón de dólares. A partir de ese momento se levanta cada mañana con un único objetivo en su vida: viajar a Nebraska para cobrar el premio.

Al igual que la muerte, la vejez prácticamente se ha convertido en un tema tabú en el cine, salvo que seas un septuagenario a la imagen y semejanza de Clint Eastwood o Robert Redford, que lo mismo apalean a jovencitos chulescos que se ligan a mujeres veinte años más jóvenes. Por eso, que el protagonista sea un anciano con síntomas de demencia es algo tan sorprendente como inesperado.

Payne no adorna la vejez, ya que el deterioro físico y cognitivo del protagonista se muestra en toda su crudeza, pero sí la desdramatiza, presentándola como una etapa más de la vida, con sus inconvenientes, sí, pero también con sus ventajas. La enfermedad, los años, te dan una visión diferente del mundo, te liberan de convencionalismos y te impulsan a llamar a las cosas por su nombre. Lo que queda después es lo que verdaderamente importa.

Esta película narra un viaje a las entrañas de la familia. De pequeños no comprendemos el comportamiento de los adultos ni las decisiones que adoptan. Nuestro mundo se divide en blanco o negro y somos incapaces de percibir los matices. Por eso cuando David, después de años separado de un padre alcohólico del que solo recuerda su falta de atención y cariño, decide apoyarle en esa absurda empresa, comienza a descubrir al hombre que se esconde detrás de la figura paterna.  

Durante dos horas, acompañando a David y Woody en su camino hacia  Lincoln, la capital de Nebraska, atravesamos las Grandes Llanuras, una amplia meseta que se extiende al este de las montañas Rocosas. En ese viaje por la América rural (que me trae a la memoria tanto a John Steinbeck y sus “Uvas de la ira” como a Hopper y “La casa Lombard") disfrutamos de unos impresionantes paisajes y una maravillosa fotografía. Que la película esté rodada en blanco y negro le confiere un halo romántico y muy poético.

La esplendida música que acompaña a las imágenes logra que el calificativo que define esta historia, entrañable, adquiera su máximo significado.

La visita a la familia de Woody (hermanos, cuñadas y sobrinos), en su pueblo natal, nos ofrece momentos hilarantes (un sentido del humor que recuerda mucho al manchego). Ir conociendo a los amigos de la juventud de su padre, a su socio, a su ex novia, le va mostrando a David la clase de persona que éste era y que tanto difiere de sus recuerdos de infancia.  


Todos los personajes dejan huella, pero entre ellos destaca Kate Grant, la matriarca (maravillosamente interpretada por June Squibb que, a sus 84 años, está nominada al Oscar por primera vez), una abuela con un genio endemoniado, malhablada y siempre enrabietada, que sin embargo nos proporciona tanto momentos conmovedores (cuando le alisa el pelo a su marido en la cama del hospital y se despide de él con un tierno beso) como otros chuscos y desvergonzados (cuando acude al cementerio a presentar “sus respetos”).

La memoria de Woody se desvanece por momentos pero hay tres deseos que le mantienen atado a la realidad: comprar una camioneta nueva, un compresor de aire y dejarle algo de dinero a sus hijos.

Hay lugares a los que merece la pena viajar.

Sin duda alguna “Nebraska” es uno de ellos.

5 comentarios:

  1. Pues si, me ha gustado. Y lo del pueblo tiene algo de manchego, jeje, es verdad...

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    1. Me alegra cuando coincidimos en pelis como ésta. Sabía que te gustaría.

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  2. Si, me parece muy buena, de lo mejor de este año

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  3. La mejor interpretación de Bruce Dern. Es curioso, al parecer le habían ofrecido primero el papel a Gene Hackman...

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  4. Buena crítica para una buena película.

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