lunes, 17 de abril de 2017

Drácula, de Bram Stoker



A ver quién pasa una noche aquí....


Bram Stoker nació en Dublin en 1847. Enfermo de pequeño, afortunadamente se recuperó y acabó estudiando matemáticas. Interesado en las artes y en el teatro, se trasladó a Londres para gestionar el Lyceum Theather, de la compañía de Sir Henry Irving. Miembro de la alta sociedad, viajero, conoció a personajes como Oscar Wilde, Arthur Conan Doyle, e incluso a algún presidente de EE.UU.

Stoker comenzó a publicar novelas, entre ellas algunas de terror. Gracias a su amistad con el escritor húngaro Armin Vambery, se interesó por el el folklore y la mitología de la Europa del este. A partir de ese momento investigó a fondo las historias sobre vampiros. Bram Stoker murió en Londres en 1912.

https://en.wikipedia.org/wiki/Dracula

La novela Drácula está escrita en el género epistolar, tan de moda en el Sg. XIX. Con habilidad, el autor utiliza diarios personales, diarios de a bordo, noticias de prensa, e incluso transcripciones de grabaciones en fonógrafo, la tecnología punta de la época,  para componer una trama llena de acción y emoción que no se resiente por esta fórmula un tanto arbitraria.

La famosísima novela comienza con el largo viaje de Jonathan Haker, un “solicitor” (especie de procurador) dedicado a negocios inmobiliarios, para reunirse con un extraño y solitario cliente en Transilvania: el Conde Drácula. Según se acerca al siniestro castillo del conde, su inquietud va en aumento. Varios acontecimientos sugieren que el conde no es quizás el más normal de los vecinos del barrio. Una vez dentro del castillo, el bueno de Haker comprueba que es un prisionero en el ambiente más gótico que se pueda imaginar. A partir de ahí comenzará una aventura llena de terror y peligro para él y para todos sus amigos y familiares.

Aunque Jonathan Haker es un personaje fundamental en la novela, hay otros dos que han trascendido mucho más: su mujer, la  atractiva, interesante e inteligente Mina Murray, que dará una lección de valor a un grupo de caballeros victorianos que tratan de apartarla del peligro con bastante poco éxito; y sobre todo, el excéntrico sabio holandés Abraham Van Helsing, con su inglés un tanto extraño, su mezcla de conocimientos científicos y mágicos, y su personalidad carismática que llena todas las escenas en las que aparece.


Aunque ya existían novelas y narraciones previas sobre vampiros, como “El vampiro” de John Polidori (1819), escrita tras el famoso encuentro en Suiza en el año sin verano del que surgiría también el Frankenstein de Mary Shelly, el Drácula de Bram Stoker establece los rasgos clásicos que definen a todo vampiro elegante y siniestro que se precie. La novela parece escrita para el cine, con un ritmo trepidante, y un final de infarto que se adelanta a Hollywood en muchas décadas. La novela, llena de aventura, algo de humor, un toque de erotismo y diversión continua, resiste perfectamente la lectura después de decenas de adaptaciones al cine, teatro, cómic, etc. Al parecer, existen más de 200 películas de Drácula, incluyendo los dos grandes clásicos, el Drácula de Coppola (1992), y Brácula de Chiquito de la Calzada (1997). A destacar también la estupenda Mina Murray en el cómic “La liga de los hombres extraordinarios”, de Alan Moore.


Y aquí Teresa nos habla más sobre vampiros...

http://elfrikismoilustrado.blogspot.com.es/2009/11/una-de-vampiros-en-aquellas-miticas.html


Drácula, con Mina no te metas Pekadorrrrr....






sábado, 8 de abril de 2017

Toledo siempre es una buena opción (IV)

Si son de los que prefieren susto (je, je) a muerte, el Cerro del es su lugar:
Por las excavaciones arqueológicas:

Por las impresionantes vistas del Tajo...

del Parador...
del Castillo de San Servando...

del imponente Alcázar...


del puente sobre el Arroyo de la Degollada...

de toda la ciudad...

por su belleza...

Toledo siempre es una buena opción.



domingo, 2 de abril de 2017

Doña Clara (Aquarius)


Venid hermosos que aquí os espero....

Recife, Brasil. Clara, una atractiva e interesante mujer de 65 años, ex crítica musical, vive tranquilamente en su bonito apartamento del edificio Aquarius, en frente de la playa. En él convivió con su marido, crió a sus hijos, y en él guarda una impresionante colección de música en vinilo y los recuerdos de su vida. Ahora podrá disfrutar de su jubilación entre la animada playa, su familia y sus aficiones…hasta que la especulación inmobiliaria llama a sus puertas. Resistiendo en el último piso sin vender del pequeño bloque de apartamentos, comenzará una lucha sin cuartel entre el desalmado promotor y una mujer luchadora que quizás no esté tan sola y desvalida como podría parecer….

Con este interesante argumento arranca la película brasileña Doña Clara (Aquarius), del director Kleber Mendonça Filho, director y guionista de Recife. Yo tuve ocasión de conocer esta ciudad costera del estado de Pernambuco en el año 2004, y tenía interés de verlo en cine, además de que la película ha cosechado muy buenas críticas y varios premios.


La cinta cuenta con la excelente interpretación de Sonia Braga (El beso de la mujer araña, Un lugar llamado Milagro, El principiante, etc). Encarna a la perfección a un personaje complejo, a una mujer golpeada por algunos acontecimientos dramáticos, capaz de enfrentarse a una dura situación con ironía, paciencia, buena educación, clase, determinación y mucha mala leche. La tensión irá escalando y la película, aunque larga, la dosifica adecuadamente y resulta muy amena.

Su largo metraje le permite incluir historias familiares y de amistad, con varios hilos argumentales. Partiendo de un ya lejano 1980, nos muestra la evolución de la sociedad, la cultura, la presión del desarrollismo salvaje, la solidaridad y los conflictos personales, la sexualidad, etc., todo ello sostenido por estupendos actores y una música muy bien elegida, que ayudan a transmitir la emoción en muchos momentos intensos.

El planteamiento de la película es doble, ya que a la vez que narra una historia concreta, simboliza claramente los cambios que se están produciendo en la actualidad. El bonito edificio Aquarius, resto de otra época y otra forma de vida, con su precioso jardín, sus dimensiones humanas y su diseño elegante se está quedando sólo entre un mar de rascacielos. Una situación que no resulta ajena en nuestras propias costas. Los mismos personajes siniestros, la presión del dinero de oscura procedencia, la política y la corrupción ya los vimos en la excelente serie española “Crematorio” (o en la prensa diaria, vaya). La película ha tenido gran repercusión en Brasil y ha sido interpretada en clave política.


¿Cuánto tiempo resistirá Doña Clara en su  defensa numantina frente la especulación y el tiempo….?