¡A Dios pongo por testigo: mientras
que Ender no lleve el prefijo Fassb no pienso volver a ver ninguno de
sus juegos! ¿Se dan cuenta? Como la ciencia ficción no acaba de producir en mí
sensaciones distintas al aburrimiento y el hastío, creo que me proyecto
astralmente y mi alma vuela libre hacia Michael,
merced a la alegría y satisfacción que su solo nombre me provoca, mientras mi
cuerpo permanece, cada vez más abatido, castigado en la oscuridad de la sala.
Esta
película es totalmente IN: in-soportable, in-fame, in-sustancial e in-fumable.
¡Una
completa mamarrachez!
Un
crio memo y gritón, que tan pronto te pone ojitos como te pone de los nervios,
¿salvando al mundo? Pues que quieren que les diga, si el mundo ha llegado a un
punto en el que su existencia depende de este enclenque e irritante
adolescente, tal vez haya llegado el momento de aceptar su aniquilación.
Harrison
Ford y Ben Kingsley deben haber cobrado un
pastón que les haya compensado el hacer de secundarios de tamaño cantamañanas (aunque Ben fue más listo que Harrrison porque,
para evitar que se percibiera en pantalla el rubor originado por la vergüenza
ajena que le producía la historia y la interpretación del chaval en cuestión,
exigió salir con el rostro decorado como un maorí).
Unos
“juegos
de guerra” mucho menos novedosos que los originales rodados en 1983. Ni
siquiera a los niños de la edad de mi
sobrina, 12 y 13 años, creo que les vaya a gusta porque, al pertenecer a la que
yo denomino “generación consola” (aprendieron a manejar los mandos de la PSP o
la Nintendo antes que a hablar), están acostumbrados a cargarse monstruos, zombis y
pandilleros desde antes de salirle los dientes, por lo que disparar a simples bolas
de luz les va a parecer cosa de bebés.
Mención
aparte merece la cargante música que nos acompaña durante las dos laaaaargas
horas en un intento inútil de dotar a este “campamento
de verano” espacial de un aura épica, algo en lo que, desde luego, fracasa
estrepitosamente.
Lo
de que el niñato de las narices termine recorriendo el espacio para buscar un
hogar para el único superviviente de la especie a la que se acaba de cargar, no
hace más que rematar el bodrio, aunque te proporciona una buen dosis de alegría
porque piensas que con un poco de suerte se le acabará el combustible y nunca
podrá regresar a la tierra con lo que no tendremos que volver a sufrir su
presencia y evitaremos posibles secuelas de tan lamentable historia. ¡Majo, tanta
paz lleves como descanso dejas!
Lo
único gracioso es que el otro capitancillo, el chulo duchas carcelario, al que
llaman Gonzo, es igualito que el
personaje de los Muppets, aunque con
peor leche.
Como no hay mal que por bien no venga, solo decir que ya
no me parece tan mala la peli de la tía que flota.
ya te vale, si no te gusta la ciencia ficción, no veas peliculas relacionadas y luego vengas a criticarlas como si fueras una experta en cine, que visto que no analizaste el argumento , ni te enteraste de que va, seguro que para ti matrix tambien fue aburrida, si fuera por ti todos a ver la pelicula de mi pequeño pony
ResponderEliminarEn el mismo tono que tú me escribes, te podría decir que si no te gustan las opiniones distintas a las tuyas no las leas. En este blog nadie escribe como experto en algo sino como aficionados apasionados de muchas cosas, entre ellas el cine. Y mira, ya que lo mencionas, Matrix no me pareció aburrida sino aburridisiiiiima. Pero oye, no seré yo quien te diga a ti lo que tienes o no tienes que ver. Para la próxima vez me apunto tu sugerencia de pequeño pony. Ya te contaré.
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