sábado, 27 de agosto de 2011

TIEMPO DE MATAR, o cuando todo puede saltar por los aires

TIEMPO DE MATAR
Donald E. Westlake

AVISO: La novela a la que se refiere esta entrada es "Killing Time", escrita en 1961 por Donald E. Westlake, y que no tiene nada que ver con "Time to Kill", de John Grisham y llevada al cine en 1996 por Joel Schumacher.


Winston, final de la década de 1950. Una ciudad cualquiera del Estado de Nueva York, que experimentó un importante crecimiento los años posteriores al final de la II Guerra Mundial, al amparo de una gran industria química. Aparentemente se trata de una ciudad como cualquier otra, sin nada especial y con una vida cotidiana más o menos tranquila. Con sus poderes fácticos, sus políticos que son más evaluados por su eficacia que por su honradez, sus figuras socialmente relevantes, con un detective privado, EL detective privado, Tim Smith. Aparentemente también es un personaje gris, sin nada que pudiera llamar la atención. Una noche alguien intenta asesinarlo, aunque finalmente es el asesino quien acaba dejándose la vida. Este hecho, procedente del mundo exterior de esa sociedad cerrada pondrá al descubierto todas las tensiones larvadas en las últimas décadas en una espiral liberada con final inevitablemente energético.

Esta novela, al parecer basada en "Cosecha Roja" de Dashiell Hammett (esto me lo han dicho, dado que no leí Cosecha Roja), va de equilibrios. Como recordaréis, un equilibrio puede ser estable o inestable, dependiendo de la cantidad de energía implicada. Un equilibrio estable es aquél que contiene poca cantidad de energía, y por tanto, un pequeño alejamiento del punto de equilibrio tiene como consecuencia el retorno más o menos rápido a la situación inicial (típico caso de un tentetieso). Por el contrario, en un equilibrio inestable hay una cantidad considerable energía contenida, y un pequeño empujón en el punto inicial, cualquier pequeña perturbación externa acaba provocando el alejamiento a una velocidad cada vez mayor con respecto a un punto de equilibrio que no se recuperará, resultando una liberación de energía gigantesca e incontrolada. Es el caso de la novela que nos ocupa.


Reconozco que al principio me resultó algo cargante el exceso de uso de todos los tópicos de la novela negra con los que Westlake adornó la descripción del detective Tim Smith y su relación con su mundo. Pero enseguida se convierte en una novela corta absorbente en la que no hay párrafo sobrero y que yo consumí en tres días de hospital, pero que un lector más ágil puede devorar de una sentada. Muy aconsejable.


Por cierto, no hay que perderse la última frase, pero mejor leer antes todas las demás.


2 comentarios:

  1. Vaya, parece interesante. Yo leí Cosecha roja, me gustó bastante pero no me acabó de convencer...es excesiva en todo...

    Saludos,

    Juan

    ResponderEliminar
  2. Ésta es excesiva en todo, salvo en la personalidad del prota durante buena parte de la novela, pero es cortita, con lo que el exceso no empalaga.

    ResponderEliminar