domingo, 15 de noviembre de 2015

Ciencia ficción con participación española



Apolo 18.

Las misiones americanas a la luna acabaron con el Apolo 17, ¿no?. Pues no, resulta que hubo una misión más, la 18, secreta, que obedecía a razones militares y no científicas... La película Apolo 18 reconstruye esta supuesta misión basándose en las grabaciones originales, muy bien recreadas, por cierto. El ambiente realista de una misión de los años 70 es lo mejor de esta cinta bastante fallida, ya que a partir de un momento dado, recurre a trucos más propios del género de terror. Una vez que te pones a verla ya la acabas a ver que pasa, pero no vale gran cosa. Ha sido dirigida por el director y guionista español Gonzálo-López Gallego.

Autómata

Aquí nos encontramos con otro español, Antonio Banderas, que interpreta a un ingeniero experto en robots, en un mundo postapocalíptico. El aumento de la actividad solar está achicharrando la superficie terrestre, y para combatirlo, la humanidad ha creado un ejército de robots capaces de sobrevivir a las condiciones inhóspitas en el exterior. Sin embargo, el intento falla, y los humanos se vuelven hostiles a los robots, que son relegados a tareas menores, o directamente expulsados o destruidos. A partir de esta situación, surge una historia de desarrollo de inteligencia artificial, muy de moda en estos momentos (aparición de la singularidad), y de desarrollo evolutivo basado en la mecánica y no en la biología.

La película es irregular, y los actores no están demasiado acertados. Participa una muy operada Melanie Griffith, el siempre eficaz Robert Foster, y la atractiva Birgitte Hjort Sørensen, actriz danesa (Borgen). Pero muy por encima de ellos está la interpretación de los robots. Su diseño es magnífico, su carácter honrado y amable contrasta con los agresivos humanos, su cambio progresivo, su “trascendencia”…una de las mejores recreaciones cinematográficas de  un posible futuro robótico, sólo por eso merece la pena ver la película. Está claro que su director, el madrileño Gabe Ibañez, es partidario de un salto evolutivo radical…


El Ministerio del Tiempo

Y por fin, llegamos a una de las pocas series españolas de ciencia ficción, emitida este año. Narra las aventuras de un nuevo equipo de reclutas del Ministerio, el soldado de los Tercios de Flandes Alonso de Entrerríos (Nacho Fresneda), el enfermero del SAMUR Julián Martínez (Rodolfo Sancho), y una de las primeras universitarias españolas, la barcelonesa Amelia Folch (Aura Garrido). Esta última deberá dirigir a sus compañeros en arriesgadas misiones al pasado, para tratar de que la historia de España no cambie. En el Ministerio, tres veteranos les darán réplica, interpretados por los estupendos Juan Gea, Cayetana Guillén Cuervo, y Jaime Blanch.

La serie, a medio camino entre la ciencia ficción y la novela histórica, mezcla con acierto humor y drama, revisa críticamente pero con cariño nuestra historia, evita caer en demasiadas paradojas temporales, y consigue enganchar a la mayoría del público, sea o no partidario de las series españolas. Un guión en general acertado, buenas interpretaciones, una producción excelente, acierto en reconocer con gracia los tópicos y referencias del subgénero de viaje en el tiempo, y la elección de episodios significativos de nuestra historia, han llevado a la creación de un activo grupo de fans, que se han conseguido su renovación: “los ministéricos”.


Es una serie claramente exportable, a pesar de que algunos gags son difícilmente comprensibles en otros sitios, como la explicación de la eterna juventud de Jordi Hurtado…


Una serie que engancha, que se ve con interés, y que te deja triste cuando acaba. Enhorabuena a sus creadores, los ministéricos quedamos a la espera de la segunda temporada…


Europa Report.

Y finalmente, una película sin participación española, aunque si latinoamericana, ya que ha sido dirigida por el ecuatoriano Sebastián Cordero.


La Tierra, en un futuro próximo. Las empresas privadas están a la cabeza de la exploración espacial. Entre ellas, Europa Ventures, cuyo objetivo es explorar el prometedor satélite de Júpiter. ¿Habrá vida en las profundidades del enorme océano bajo la capa de hielo? Para ello, se lanza una misión con seis tripulantes, biólogos, ingenieros, pilotos, etc., bien preparados, y por casi primera vez en el cine, adecuadamente seleccionados y entrenados. Este es uno de los aciertos de la película, que nos evita el típico astronauta psicópata o simplemente lerdo, capaz de tirar por la borda una misión de millones de dólares porque la NASA no puso mortadela en las raciones.

Otro de los atractivos de la película es la nave: compacta, funcional, elegante, y eficaz. Parece un paso algo más allá de la tecnología espacial actual. Los creadores han trabajado bien el aspecto científico, y además, los paisajes del satélite resultan impactantes.


Una película notable, aunque le falta algo de ritmo en algunos momentos, tiene que recurrir a algunos tópicos del género, y el final es discutible.

En definitiva, ciencia ficción para todos los gustos en un año 2015 muy favorable...por no hablar del Marciano... :-)