Apolo 18.
Las misiones
americanas a la luna acabaron con el Apolo 17, ¿no?. Pues no, resulta que hubo
una misión más, la 18, secreta, que obedecía a razones militares y no
científicas... La película Apolo 18 reconstruye esta supuesta misión basándose
en las grabaciones originales, muy bien recreadas, por cierto. El ambiente
realista de una misión de los años 70 es lo mejor de esta cinta bastante
fallida, ya que a partir de un momento dado, recurre a trucos más propios del
género de terror. Una vez que te pones a verla ya la acabas a ver que pasa,
pero no vale gran cosa. Ha sido dirigida por el director y guionista español
Gonzálo-López Gallego.
Autómata
Aquí nos
encontramos con otro español, Antonio Banderas, que interpreta a un ingeniero
experto en robots, en un mundo postapocalíptico. El aumento de la actividad
solar está achicharrando la superficie terrestre, y para combatirlo, la
humanidad ha creado un ejército de robots capaces de sobrevivir a las
condiciones inhóspitas en el exterior. Sin embargo, el intento falla, y los
humanos se vuelven hostiles a los robots, que son relegados a tareas menores, o
directamente expulsados o destruidos. A partir de esta situación, surge una
historia de desarrollo de inteligencia artificial, muy de moda en estos
momentos (aparición de la singularidad), y de desarrollo evolutivo basado en la
mecánica y no en la biología.
La película es irregular, y los actores no están
demasiado acertados. Participa una muy operada Melanie Griffith, el siempre
eficaz Robert Foster, y la atractiva Birgitte Hjort Sørensen, actriz danesa (Borgen).
Pero muy por encima de ellos está la interpretación de los robots. Su diseño es
magnífico, su carácter honrado y amable contrasta con los agresivos humanos, su cambio progresivo, su “trascendencia”…una de las mejores
recreaciones cinematográficas de un
posible futuro robótico, sólo por eso merece la pena ver la película. Está
claro que su director, el madrileño Gabe Ibañez, es partidario de un salto
evolutivo radical…
El Ministerio del Tiempo
Y por fin, llegamos a una de las pocas series
españolas de ciencia ficción, emitida este año. Narra las aventuras de un nuevo
equipo de reclutas del Ministerio, el soldado de los Tercios de Flandes Alonso
de Entrerríos (Nacho Fresneda), el enfermero del SAMUR Julián Martínez (Rodolfo
Sancho), y una de las primeras universitarias españolas, la barcelonesa Amelia
Folch (Aura Garrido). Esta última deberá dirigir a sus compañeros en
arriesgadas misiones al pasado, para tratar de que la historia de España no
cambie. En el Ministerio, tres veteranos les darán réplica, interpretados por
los estupendos Juan Gea, Cayetana Guillén Cuervo, y Jaime Blanch.
La serie, a
medio camino entre la ciencia ficción y la novela histórica, mezcla con acierto
humor y drama, revisa críticamente pero con cariño nuestra historia, evita caer
en demasiadas paradojas temporales, y consigue enganchar a la mayoría del
público, sea o no partidario de las series españolas. Un guión en general
acertado, buenas interpretaciones, una producción excelente, acierto en
reconocer con gracia los tópicos y referencias del subgénero de viaje en el
tiempo, y la elección de episodios significativos de nuestra historia, han
llevado a la creación de un activo grupo de fans, que se han conseguido su
renovación: “los ministéricos”.
Es una serie
claramente exportable, a pesar de que algunos gags son difícilmente
comprensibles en otros sitios, como la explicación de la eterna juventud de
Jordi Hurtado…
Una serie que
engancha, que se ve con interés, y que te deja triste cuando acaba. Enhorabuena
a sus creadores, los ministéricos quedamos a la espera de la segunda temporada…
Europa Report.
Y finalmente,
una película sin participación española, aunque si latinoamericana, ya que ha
sido dirigida por el ecuatoriano Sebastián Cordero.
La Tierra, en
un futuro próximo. Las empresas privadas están a la cabeza de la exploración
espacial. Entre ellas, Europa Ventures, cuyo objetivo es explorar el prometedor
satélite de Júpiter. ¿Habrá vida en las profundidades del enorme océano bajo la
capa de hielo? Para ello, se lanza una misión con seis tripulantes, biólogos,
ingenieros, pilotos, etc., bien preparados, y por casi primera vez en el cine,
adecuadamente seleccionados y entrenados. Este es uno de los aciertos de la
película, que nos evita el típico astronauta psicópata o simplemente lerdo, capaz
de tirar por la borda una misión de millones de dólares porque la NASA no puso mortadela
en las raciones.
Otro de los
atractivos de la película es la nave: compacta, funcional, elegante, y
eficaz. Parece un paso algo más allá de la tecnología espacial actual. Los
creadores han trabajado bien el aspecto científico, y además, los paisajes del
satélite resultan impactantes.
Una película
notable, aunque le falta algo de ritmo en algunos momentos, tiene que recurrir
a algunos tópicos del género, y el final es discutible.
En definitiva, ciencia ficción para todos los gustos en un año 2015 muy favorable...por no hablar del Marciano... :-)
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