jueves, 6 de junio de 2013

Searching for sugar man



ATENCIÓN: este documental funciona como un relato de misterio...y revelamos cosas, así que es aconsejable verlo antes.

Sudáfrica, años 70. Durante la dura etapa del Apartheid, la música de un cantautor norteamericano, Rodríguez, triunfa como símbolo de la esperanza y el cambio. Sus canciones suenan en todas las fiestas, la gente conoce las letras de memoria, los casetes pasan de mano en mano. Sus álbumes, Cold fact (1970), y Coming from reality (1971) se copian y se venden a millares. Un disco recopilatorio, At his best, es disco de platino en el país. Rodríguez se había convertido en un símbolo de la lucha por la libertad.
En 1991 la primera edición de sus discos en CD aumenta todavía más su popularidad. Por desgracia, el cantante no había publicado ningún álbum nuevo.  No salía en televisión ni en las revistas, no había fotografías excepto las de los propios discos.  Al parecer, se había suicidado en un escenario: unos decían que de un tiro, otros incluso que se quemó a lo bonzo cuando fracasó en un concierto…
En el año 1998, sin embargo, un fan sudafricano escucha que Rodríguez sigue vivo en su ciudad natal, Detroit. Para comprobarlo, lanza una página web (debió ser una de las primeras), y la hija de Rodríguez se lleva una gran sorpresa cuando la encuentra, y ve una foto de su padre en un cartón de leche con la leyenda “se busca”. Después contacta con el autor de la página, y finalmente, Rodríguez, que había dejado prácticamente la música, es invitado a dar seis exitosos conciertos en Sudáfrica.
Este tour le supuso un reconocimiento en algunos países, pero seguía siendo un desconocido en EE.UU. y casi toda Europa. Finalmente, en 2012 se estrena el magnífico documental “Searching for sugar man”, que narra con detalle, de una manera divertida y entrañable, esta increíble historia. Gracias a este documental, mucha gente hemos conocido a este interesante cantante, no sólo ya por su música (bastante buena a mi entender), sino sobre todo por su historia de trabajo y humildad, y de éxito tardío.
El documental sueco (Malik Benjelloul) está muy bien planteado y ha cosechado premios, como el BAFTA y sobre todo, el Óscar 2013 al mejor documental. Una historia que hace bueno el dicho “la realidad supera la ficción”…

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