Nueva York, 1987. Jordan Belfort es un ambicioso joven, recién casado, que tiene muy claro lo que quiere ser en la vida: rico; y convertirse en agente de bolsa en Wall Street parece el camino más lógico. Sin embargo, al poco de comenzar su trabajo, el lunes negro desploma la bolsa, y Jordan se ve abocado al paro. Así comienza El lobo de Wall Street, última película de Martin Scorsese, el famoso director de obras maestras como Taxi Driver, Uno de los nuestros, La edad de la inocencia, Pandillas de Nueva York…
Su anterior obra, La invención de Hugo, me deslumbró. En
ella recuperaba la figura del pionero del cine, Georges Méliès. Se trataba de
una película “bonita”, triste pero esperanzada, una declaración de amor al cine. Pues bien; en su última película, El
lobo de Wall Street, Scorsese da la vuelta a la tortilla y nos atiza un mazazo
en todo el careto. La historia de Jordan, estupendamente interpretado por
Leonardo DiCaprio, es sencillamente brutal. Está llena de humor negro, de esa
clase que te hace reír con cierto remordimiento moral. Hay escenas
absolutamente desternillantes…no, mejor dicho, escenas en las que uno se
descojona vivo. Son tres
horas plagadas de tipejos de la peor calaña, ladrones de teléfono y terminal,
rodeados por cantidades ingentes de alcohol, drogas, sexo, prostitutas, despilfarro, salvajadas y
estupideces varias…que no se pueden desvelar para que la película sorprenda.
Además, contadas fuera de su contexto, pierden toda su gracia. Los excesos son
tan brutales, que hacen dudar sobre su veracidad, hasta que comprobamos que
la película se basa en la autobiografía del estafador Jordan Belfort.
Obviamente, la película tiene una lectura seria, e invita a reflexionar acerca de los excesos del capitalismo más salvaje, de los peligros
de la ambición desmedida, de los escasos recursos del estado para protegernos
de los estafadores y depredadores financieros, de las terribles consecuencias que este
sistema tiene para el bienestar y el desarrollo de una sociedad….todo esto lo
hemos vivido, especialmente durante estos últimos años.
Esta historia ya nos la han narrado películas
estupendas como Up in the air (2009), Inside Job (2010), o Margin Call (2011).
En ellas vimos los devastadores efectos de la rapiña bursátil sobre las
empresas y los trabajadores de la economía real. Scorsese nos muestra todo eso,
pero en un tono de farsa y humor negro. Resulta arriesgado, pero funciona.
Sobre el tema, mira este artículo: http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-01-17/sexo-cocaina-y-un-lobo-en-wall-street_76788/
ResponderEliminarEstá muy bien, gracias Rodrigo
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