Apostolos Dioxadis es un escritor y matemático griego
especializado en divulgación científica. Por su parte, Christos Papadimitriou
es profesor de computación, y ha enseñado en las mejores universidades
americanas. Ambos unieron fuerzas para escribir un estupendo cómic sobre el
nacimiento de la lógica moderna: Logicomix.
La historia, estupendamente ilustrada por Alecos Papadatos,
abarca la historia de las matemáticas desde finales del Siglo XIX hasta
mediados del Sg XX. En realidad, los autores reconocen que han modificado algunos
hechos y fechas con el fin de crear una historia más novelada. A cambio, hacen
un gran esfuerzo para presentar con rigor los avances matemáticos. Se nota la
experiencia en divulgación del primero de los autores.
Con el fin de dotar la novela con un buen hilo argumental,
eligen como principal personaje a Bertrand Rusell.
Este gran filósofo, matemático y pensador contribuyó a
desarrollar la lógica moderna, mejorando la base metodológica de la
ciencia. Tuvo una vida complicada. Aunque nació en el seno de una familia inglesa
muy rica y privilegiada, sus padres murieron pronto, y vivió
su juventud con una abuela autoritaria y tradicional. A lo largo de su vida,
sufrió conflictos derivados de su activismo pacifista, sobre todo durante la
Primera Guerra Mundial. Posteriormente, se desencantó con la deriva totalitaria
del comunismo y se enfrentó abiertamente al fascismo. Precisamente la novela
arranca en una conferencia en la que partidarios de la neutralidad americana al
principio de la II Guerra Mundial esperan el apoyo de Rusell a su postura
durante una conferencia, pero el filósofo y matemático eligió apoyar el mal menor: la guerra contra la Alemania nazi.
Rusell enseñó en Cambridge y escribió su gran obra,
Principia Mathematica, en colaboración con Whitehead. En ellos, ambos autores
tratan de sentar bases sólidas para todo el edificio matemático, a partir de un
grupo de axiomas. Para ello utilizaron sobre todo la teoría de conjuntos.
Durante un tiempo, parecía que por fin se había encontrado un soporte lógico y
científico para esta rama de la ciencia, pero fue desmontado, al menos en
parte, por otro de los personajes del libro: Kurt Gödel, que publicó su teorema
de la imcompletitud en 1931.
El comic nos conduce por una Europa muy internacional antes
de las devastadoras guerras mundiales,
en la que científicos de todos los países colaboran y
discuten acaloradamente sobre la base de la lógica matemática. A lo largo de
sus más de 300 páginas nos va introduciendo personajes como Von Neuman (que
trabajó en los primeros ordenadores después de la II Guerra Mundial y fundó la
teoría de juegos), Alan Turing (padre de la computación moderna), Henri Poincaré (teoría del caos), Giuseppe
Peano (aritmética, lenguaje natural), David Hilbert (geometría), Gottlob Frege
(lógica moderna), y Georg Cantor (teoría de conjuntos). El cómic narra la vida
intelectual y personal de estos grandes científicos, muchas veces trágica.
Reflexiona sobre la conexión entre la búsqueda radical y sin concesiones de la
verdad científica, y su impacto en la vida cotidiana de estos genios, siempre
en riesgo de caer en la locura.
Este cómic nos introduce brillantemente en el campo de la
lógica, a medio camino entre la filosofía y las matemáticas. Para hacerlo más
ameno, nos cuenta también las discusiones y el proceso creativo de sus autores,
que deambulan por las bonitas calles y los parques de la ciudad más filosófica del
mundo: Atenas. Un estupendo paseo por una de las grandes aventuras científicas de
la historia.
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