Con una cuidada ambientación y un casoplón terrorífico (¡nunca dejarán de dar juego l
as pelis sobre casas con sorpresa!), Troy Nixey nos presenta la versión "hard" del ratoncito Pérez, solo que en vez de ser solo uno es una banda (más parecidos a los gremlins cuando se mojaban que a cualquier tipo de roedor) y que, en vez de contentarse con un diente infantil debajo de la almohada, prefieren al niño entero para ir desdentándolo a su capricho.

Pese a lo que pueda parecer, resulta entretenida y tiene algún que otro susto.
Solo una advertencia: no vayan a verla acompañados de níños con dientes de leche (ja, ja, ja).
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