martes, 31 de enero de 2012

Una noche de mala estrella






Este fin de semana he visto en Madrid “Luces de bohemia”, la clásica obra de teatro de Valle Inclán publicada en 1920, pero no estrenada hasta 1963 en París. Esta interesante versión ha sido dirigida por Lluís Homar, y será representada en el Teatro María Guerrero hasta el 25 de marzo.




En ella, el protagonista, Max Estrella, un genial escritor, pero ciego y alcohólico, vive sus últimas horas en la canalla y peligrosa noche madrileña. La obra satiriza la vida de la sociedad literaria de la época, pero va más allá, y se convierte en una ácida crítica al carácter español: la falta de reconocimiento del trabajo creativo, la prepotencia de los poderosos, la corrupción a todos los niveles, etc. Valle Inclán no se ahorra críticas a unos y a otros, señalando los abusos de la policía y los gobernantes, pero también la miseria moral de muchos personajes humildes y castizos . Pocos caracteres se libran de la quema; apenas, las infortunadas hija y esposa del genial pero acabado Max. Esta obra estuvo censurada mucho tiempo, y sólo en 1968 pudo estrenarse en España (En Sabadell, según Manuel Labrandero, a manos de una compañía de aficionados, “Palestra”)



o en 1970, en Valencia, según Wikipedia.




Afortunadamente, muchos años han transcurrido ya desde aquella triste época, y apenas queda nada de la picaresca y la arrogancia de aquellos personajes. Es necesario hacer un verdadero esfuerzo para recordar ejemplos recientes de abusos del poder, de políticos corruptos, de personajillos con aires de señores, de administraciones clientelistas, de falta de reconocimiento a escritores y científicos…


En fin. En otro orden de cosas, la obra transcurre en ambientes muy castizos, así que conviene revisar un poco el léxico madrileño para no perderse:




Por otra parte, en Madrid se celebra una divertida recreación de la obra, llamada “La noche de Max Estrella”, en la que se camina por las calles de la obra, recitando algunos pasajes. Yo asistí a las primeras, pero luego tuvo tanto éxito que resultaba incómodo acudir.





También existe una versión cinematográfica de la obra, dirigida por Mario Camús en 1985, con Paco Rabal como Max Estrella.




Esta obra deja un regusto amargo. Al parecer, los fantoches ni se crean ni se destruyen, sólo se trasforman…

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