domingo, 9 de noviembre de 2014

Relatos salvajes

Producida por "El Deseo", Pedro Almodóvar y su hermano Agustín, comenzamos con una fantáaaaastica banda sonora, obra de Gustavo Santaolalla (músico y compositor argentino, ganador de sendos Oscar a la mejor banda sonora por "Babel" y"Brokeback Mountain"), que acompaña a unas preciosas fotografías de animales. Fíjense muy bien en ellas porque son un delicioso aperitivo de lo que veremos mas adelante: imágenes de lobos, leopardos, hienas y otros depredadores que, con sus miradas inteligentes y sus afiladas garras y colmillos, acechan a incautas ovejas, gacelas y otras fuentes de proteínas, prestos a devorarlas.

Aunque nunca hayamos sido agredidos físicamente, ni atracados por un ladrón, no es necesario que medie un delito para que nos resulte conocido el papel de víctima. A menudo nos vemos envueltos en situaciones que, por cotidianas, asumimos y soportamos de manera más o menos estoica o indignada dependiendo del día que tengamos. Pero... ¿qué pasaría si en una de esas ocasiones, hartos de sentirnos sometidos, renegamos del papel de sumisos y reivindicamos el control de la situación? De eso va la vaina.
Seis relatos geniales, inesperados y muy bestias.
Inspirada en "Cuentos asombrosos", serie de TV de los ochenta creada y producida por Steven Spielberg, "Relatos salvajes" (premio del público a la mejor película europea en la 62 edición del Festival de Cine de San Sebastián) narra unas historias en las que los agresores, asesinos o terroristas, no han sido etiquetados como tales por el sistema. En cuanto a las victimas, no son únicamente personas sino estructuras e instituciones: la sociedad en su conjunto.
No se trata del tipo de cuento que termina con un colorín colorado que te invita a conciliar el sueño, sino de unas historias para no dormir, verdaderamente brutales, que inducen, por las barbaridades que narran y cómo las narran, tanto a la risa como al horror o al asco. Son tan tremendas como sorprendentes y cercanas porque, ya me lo dirán cuando las vean, con más de una nos sentiremos identificados aunque no nos atrevamos a reconocerlo en voz alta:
1. Pasternak: a todos aquellos que te han jodido la vida. ¡Atracón de risa inicial!
2. Las ratas: el que la hace la paga. ¡Ten cuidado con lo que deseas!
3. El más fuerte: genuinos machos al volante. ¡Geniales Leonardo Sbaraglia y su partenaire! No se pierdan la melodía "Corazón de fuego". MI FAVORITA. ¡Es la caña!
4. Bombita: la lucha, en solitario, contra la jaula de hierro de Max Weber. ¡Un héroe nacional!
5. La propuesta: justicia universal, o no. ¡Por algo se dice que la justicia es ciega!
6. Hasta que la muerte nos separe: para terminar nada mejor que una celebración familiar. ¡Una boda de cuento!
Intriga, violencia y comedia. ¡Hacia tiempo que no me reía tanto en el cine! Esta película es muy divertida pero, se lo advierto, se trata de humor macabro, o negro como prefieran llamarlo, no apto para todos los paladares.
El director nos muestra como basta un segundo, el tiempo que se tarda en tomar una mala decisión, para cruzar la línea que separa el orden del caos. Perder el control y dejarse arrastrar por el vértigo y el placer que ello conlleva; comprobar que, efectivamente, la venganza es un plato que se sirve frío y se come despacio.
Damián Szifrón emprende una cruzada contra los tiranos, los que se creen superiores a los demás, los macarras abusones, el sistema, los ricos y los finales felices. ¡No deja títere con cabeza!
La película es cruel, maliciosa, brutalmente divertida y esconde una original y demoledora carga de critica social.
¡Sencillamente brillante!
¡Tiembla Tarantino!

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