domingo, 26 de febrero de 2012

The Woman in Black

Nada mejor que refugiarte en el género de terror cuando te sientes afligida y un poco triste. No hablo de sangre y vísceras sino del miedo clásico, ese que te sumerge en una atmosfera oscura y tenebrosa y te envuelve poco a poco haciéndote que olvides cualquier preocupación. Así tu angustia real pasa a irreal y el hecho de poder gritar en el cine, amparada en la oscuridad de la sala y en la pertinencia de poder hacerlo por la historia, oculta tus verdaderos deseos de gritar por la pérdida de las personas queridas.

De una fotografía espectacular, que recrea a la perfección un ambiente lúgubre, aislado y dominado por el terror, la historia, pese a no sonar a nueva, sigue produciendo una angustia latente que se hace patente cada vez que una escena te anuncia un susto, que no por esperado deja de ser efectivo. Porque si, grité y lo hice varias veces además.

De una belleza sombría la casa que, si no consigue aterrorizarte por sí misma, lo logra por el hecho de que, al subir la marea, queda completamente aislada rodeada de agua. ¡No corras, si te escapas de los fantasmas te detendrá la marisma!

Daniel Radcliffe, empeñado en hacernos olvidar el mago que le dio fama y fortuna, realiza una buena interpretación, no exenta de matices. El resto de actores contribuyen a recrear esa sociedad de pueblo pequeño que detesta a los forasteros, dominada por creencias y supersticiones que los llevan a desconfiar de todo lo nuevo. ¡Y mira que es rencorosa la mujer de negro!

Es una entretenida película de terror.

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