sábado, 4 de febrero de 2012

Deporte y ciencia




Este fin de semana se ha estrenado “Moneyball”, una estupenda película dirigida por Bennet Miller (conocido por su película biográfica sobre Truman Capote). En ella, se narra la espectacular temporada que realizó el equipo de baseball “Oakland Athletics” en el año 2002. El director del equipo, Beane (Brad Pitt) se enfrenta a una mala situación financiera y al traspaso de sus mejores jugadores. Ante esta difícil coyuntura, decide plantear una nueva y arriesgada estrategia, que la película explica realmente bien. Resulta interesante y comprensible incluso sin conocer este deporte, aunque cualquiera que siga el cine americano, cierta idea acaba adquiriendo sobre baseball, futbol americano, etc…



La nueva aproximación que realiza Beane se basa en la ciencia, más específicamente, en el análisis estadístico del rendimiento de los jugadores.




La película no entra en demasiado detalle en estos cálculos, lógicamente, pero si que aborda de forma inteligente la lucha entre los partidarios de la nueva metodología, y los que prefieren la intuición y la experiencia acumulada por los ojeadores de jugadores.


Además de este interesante ejemplo de las resistencias que encuentra cualquier innovación en una organización, se abordan otros temas que trascienden el mundo deportivo, especialmente la competitividad y la deshumanización del trato con los jugadores (extrapolable al maltrato a los trabajadores que por desgracia se produce en tantas empresas). También se plantea el clásico dilema, ¿familia o trabajo?, pero todo ello sin los exagerados sentimentalismos de otras muchas películas del género.


La película está recibiendo muy buenas críticas, merecidamente en mi opinión. Una gran película dirigida a un público mayoritario es siempre una buena noticia. Un buen trabajo de Brad Pitt, apoyado por estupendos actores como Jonah Hill, y sobre todo, el cínico y duro entrenador interpretado por un siempre inquietante Philip Seymour Hoffman






Y finalmente, destacar su gran guión. No me extrañó ver en los títulos de crédito a Aaron Sorkin, creador de la mejor serie política que se ha rodado, “El ala oeste de la Casa Blanca”.








No hay comentarios:

Publicar un comentario