miércoles, 20 de julio de 2011

Una cita con Venus...

Observación pública del tránsito de Venus desde la Universidad de Londres. Junio de 2004.

El tránsito de Venus es el cruce de este planeta por delante del Sol, visto desde la Tierra. Este fenómeno es muy raro. Se repite una curiosa secuencia: en dos ocasiones se producen muy próximos, en 8 años, pero el siguiente se presenta al cabo de 105 o 121 años. Siempre suceden en junio o diciembre.

http://es.wikipedia.org/wiki/Tr%C3%A1nsito_de_Venus

El tránsito comienza con el disco de Venus tocando tangencialmente el del Sol. A partir de entonces, el disco se va haciendo visible, como una pequeña circunferencia negra, delante del cegador Sol. Durante 5 o 6 horas, el disco transita tranquilamente hasta que vuelve a tocar el limbo del Sol, y el fenómeno llega a su fin. Venus no llega a cubrir más del 0,1% de la superficie solar.

El último tránsito ocurrió el 8 de junio de 2004. Yo tuve la gran suerte de poder observarlo en directo desde Londres, en una observación pública en el observatorio de la Universidad. Se producirá otro el 6 de junio de 2012, probablemente nuestra última oportunidad para observarlo, ya que el siguiente no llegará hasta el año 2117…al menos que la ciencia consiga prolongar la vida humana, y que nos queden ganas de seguir haciendo el friki en fechas tan distantes.

En definitiva: tenemos una cita ineludible el día 6 de junio de 2012, así que hay que apuntarla en el cuaderno de fechas señalaítas.

http://es.wikipedia.org/wiki/Tr%C3%A1nsito_de_Venus

¿Y por qué es un fenómeno a tener en cuenta? Primero, por su espectacularidad, no tan grande como la de un eclipse, pero resulta emocionante contemplar el pequeño disco de Venus cruzar el disco solar. Es una demostración impresionante del intrincado mecanismo de relojería que rige nuestro sistema solar. Se puede percibir a simple vista (con la debida protección ocular, obviamente), y al telescopio, resulta maravilloso. Pero además, este fenómeno tiene una importancia científica grande, sobre todo desde el punto de vista histórico. Utilizando cálculos basados en el paralaje (desviación angular de la posición aparente de un objeto), fue posible por primera vez calcular con precisión la distancia entre la Tierra y Venus, y hacerse por lo tanto, una idea bastante aproximada del tamaño del Sistema Solar. El primero en intentarlo fue el párroco inglés Jeremiah Horrocks. En 1639 estimó la distancia Tierra-Sol en 95 millones de kilómetros (actualmente se estima en 149,58).

En 1761, el famoso Edmund Halley y otros astrónomos de su tiempo prepararon diversas expediciones, en uno de los primeros ejemplos de empresa científica internacional. Por desgracia, distintas circunstancias (guerras, mal tiempo, imprecisiones de las mediciones, etc.) hicieron que el resultado fuera decepcionante. Ocho años después, las observaciones aumentaron, sumándose numerosos astrónomos aficionados. Entre ellos, el famoso capitán James Cook, que pudo observarlo desde Tahití.

En 1835, Johann Franz Encke, trabajando en el observatorio de Berlín, utilizó los datos de todas las observaciones previas para estimar la distancia Tierra-Sol en 153,5 millones de kilómetros. Como vemos, una precisión ya muy notable. Durante el siglo XIX continuaron las observaciones, en los años 1874 y 1882. En esta época se disponía ya de técnicas fotográficas que permitieron aumentar la precisión de las mediciones. Por primera vez, en 1882, España participó oficialmente en estas mediciones, con dos expediciones, a Cuba y a Puerto Rico.

¡hay que hacer lo posible por observar este fenómeno el año que viene! Por desgracia, hemos tenido mala suerte…no será visible desde España, salvo un poquito en la parte noreste de Cataluña.

El tránsito será totalmente visible desde Australia, Nueva Zelanda, Nueva Guinea, Filipinas, China, Corea, Japón, Hawai, Rusia, Alaska y el noroeste de Canadá. En la mayor parte de Europa será visible la última parte del tránsito, ya que amanecerá con el fenómeno ya en marcha, que terminará por la mañana. Cuanto más nos movamos hacia el este de Europa, mejor.

http://www.transitofvenus.nl/details.html


Por lo tanto, para estas fechas, hay que decidir: o bien un viaje corto y fácil, por Europa, lo más hacia el este posible…o bien un viaje más largo y completo a alguno de los lugares en los que se puede ver todo el fenómeno. Lo bueno es que, incluso viéndolo parcialmente, resultará bonito y suficientemente largo. Hay que tener en cuenta también el pronóstico del tiempo. Las predicciones en Asia son malas por los monzones, y las predicciones en Rusia, Japón y Canada, bastante regulares. La mayor probabilidad de buen tiempo se produce en Hawai. En Europa, una zona de compromiso entre visibilidad y buen tiempo podría ser Italia, o incluso la Costa Azul.

Bueno, está claro, tenemos que acudir a nuestra cita con Venus en Hawai, Bombay o Niza…en cualquier caso, hay que preparar la maleta con el equipo imprescindible de un verdadero friki astronómico: bañador, crema, flotador de patito y telescopio solar….

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