El debut en la dirección de Oriol Paulo, que se anunciaba brillante, ha quedado en un simple y breve destello. El mérito lo tiene quien haya realizado el trailer de la película porque aquél promete y engancha más de lo que consigue ésta. Misterio poco, terror ninguno y entretenimiento escasito.
Un inicio prometedor, por la desaparición de la muerta, se convierte en una historia tediosa, lenta y que no termina de arrancar. La larga estancia en al instituto anatómico forense, buscando asustarnos supongo, lo que consigue es envolvernos en un sopor pegajoso del que solo sales hacia el final de la historia. Pero tampoco es que éste sea brillante, que no lo es, porque hacia la mitad intuyes quien puede estar detrás y el resto se lo saca el director de la manga puesto que no da ninguna pista a lo largo de todo el metraje. No hay piezas que encajar, las acopla a la fuerza porque él lo vale.
El caso es que las actuaciones no son malas, exceptuando a Belén Rueda que entre el botox de su inexpresivo rostro, su excesiva delgadez, que da grima, y la baja calidad de su interpretación, no pasará a la historia del cine por esta película. Ni siquiera como cadáver ya que la escena en que aparece su cuerpo es una copia descarada de Laura Palmer en “Twin Peaks”.
En fin, que me ha decepcionado bastante. ¡Menos mal que tenemos el alisado japonés de Coronado!
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