Frankenweenie (Tim Burton, 2012)
¿Cómo va uno a dejar
pasar la ocasión de ver una recreación de la historia de mi tocayo
Frankenstein y su criaturita, encima realizada por Tim Burton en
animación 3D y en blanco y negro? En realidad, aunque sea animación
3D, porque los muñequitos así están diseñados, la he visto en la
versión 2D. No creo que las tres dimensiones sean un recurso que
haya que utilizar sistemáticamente, a riesgo de ceder demasiado
protagonismo a la forma sobre el fondo y a que los árboles no nos
dejen ver el bosque. Esto último no sé si es adecuado aquí, pero
un refrán en medio del texto siempre le da un algo de
respetabilidad.
No se trata de un remake
propiamente dicho, sino una visión personal de Burton sobre la
ultraversionada historia de Mary Shelley, con muchos detalles
laterales que le dan contenido y la hacen una versión nueva y
diferente. Mal vamos a hablar de remake si de entrada la cosa a
resucitar es un perro, mascota de un Victor Frankenstein infantil, en
una pequeña ciudad estadounidense, probablemente en la década de
1950. Con todo, la recreación de ambientes sórdidos, el cementerio
(¿Por qué siempre llueve en los entierros?), el laboratorio,
algunas escenas de terror supersticioso popular, etc, nos llevan al
film de 1931 dirigido por James Whale y protagonizado por Boris
Karloff. O si se prefiere bajar un poco el nivel de tensión, nos
podríamos remitir a El Jovencito Frankenstein de Mel Brooks, con
Gene Wilder y Marty Feldman. Esta última, sin embargo, no tenía
ninguna pretensión de seriedad o mayor trascendencia, mientras que
la película que nos ocupa es muy sentida y muy seria. No perdamos de
vista, por si mi torpe crítica puede llevar a ello, que hablamos de
animación con personajes bastante grotescos, muy de Tim Burton, y
por lo tanto el lenguaje visual va a ser diferente.
Para mi ha sido un
disfrute desde el principio hasta el final, y trufado de pequeños
detalles mayores y menores, muchos de los cuales seguramente se me
habrán escapado. Evidente e hilarante homenaje a Gremlins y un guiño
a la autora de la novela de 1818, a quien toman prestado el apellido
(realmente el de su marido Percy) para dárselo a una de las mascotas
resucitables. También nos encontramos una particular visión de
Godzilla. Todo ello en una historia que pasa del universo micro al
macro en una escalada homologable a cualquier gran clásico de
terror. Si no fuera porque vivimos una época en que la industria se
atropella a sí misma en una rueda que todo lo aplasta, me atrevería
a afirmar que estamos ante un futuro clásico del cine de animación
de terror. Altamente recomendable. Puro universo Burton con cierto
toque de desarrollo Spielberg. Si hubiera algo que criticar, diría
que el final podría haber sido... Bueno, que cada cual opine.
Si es que alguien que
llama a su gato “bigotitos” merece que le pase cualquier cosa.
Mi gatito bigotitos ha soñado contigoooo...jajaja. Tiene gracia. No me parece la más original porque toma elementos de muchas otras, pero resulta muy entretenida. Good bye kitty...
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