jueves, 8 de diciembre de 2011

El oeste más salvaje

Violencia, sexo, humor y salvajismo en general pueblan la estupenda serie "Deadwood"







Uno de mis mejores recuerdos de la infancia son las películas del oeste que veíamos los sábados después de comer, en aquella tele en blanco y negro, y después, en una estupenda ITT a todo color. El “western” estaba ya en plena decadencia, pero todavía se proyectaban numerosas películas de los 50 y 60. Resultaba muy entretenido ver a John Wayne dando cera a indios o a bandidos por igual. Aquellos valientes sheriffs, las peligrosas diligencias con sus ruedas girando al revés, las guapas y aguerridas mujeres, los colonos poniendo sus carromatos en apretadas formaciones defensivas, los hábiles pieles roja, los malvados forajidos entrando en los pueblos soltando tiros, las peleas en los salones con sillas volando y pianistas corriendo, los duelos al amanecer…


A pesar de la dureza que se intuía en toda aquella vida, quedaba siempre la sensación de libertad, realzada por la inmensidad del paisaje, y la seguridad que daba la puntería y el sentido de justicia de los buenos. Y cuando el Sheriff no andaba muy fino, el 7º de Caballería llegaba in extremis a solucionar los entuertos, con sus banderines blancos y rojos, las guerreras azules llenas de botones y los Winchester desenfundados.


Después de muchos años de decadencia del género, Clint Eastwood cambió su Magnum 44 por un revolver algo más clásico, y nos ofreció un inolvidable western “crepuscular”,Sin perdón. Desde entonces se han producido algunas películas en las que se ofrece una imagen más realista de la vida en el salvaje oeste. Pero la culminación de esta revisión del género es sin duda la interesante serie “Deadwood”, creada por David Milch, y producida por la excelente HBO. Cuenta con tres temporadas, emitidas de 2004 a 2006. Está ambientada en la década de 1870 en Deadwood, Dakota del Sur, justo antes y después de que este territorio fuera anexado a los EE.UU. Lo más interesante es que se basa en personajes reales, legendarios, como Seth Bullock, Al Swearengen, Wild Bill Hickok, Sol Star, Calamity Jane, Wyatt Earp, EB Farnum, Charlie Utter, y George Hearst.




La serie está ambientada en un pequeño pueblo, habitado por buscadores de oro. Las fuerzas vivas del lugar (los dueños de los salones y burdeles, el periodista, algunos comerciantes, y el médico), tratan de mantener cierta paz para lograr su homologación a los ya de por si bajos estándares de la civilización de la zona, y ser admitidos en la Unión. La crueldad y dureza de la historia se ve compensada por un curioso sentido del humor, sobre todo por parte del principal protagonista, Al Swearengen, interpretado por un magnífico Ian David McShane, que fue justamente premiado con un Globo de oro. Pocas veces se ha visto en pantalla un antihéroe de tanta categoría. Otro estupendo personaje es el doctor Cochran, que a pesar de su destreza y humanidad, se ve casi impotente enfrentándose a epidemias, tiroteos, accidentes y demás desastres derivados de un estilo de vida un tanto peligroso…


Deadwood cosechó buenas críticas, y ganó ocho premios Emmy. Por desgracia, la serie se interrumpió tras su tercera temporada, y ni siquiera se pudo concluir con alguna película. Al parecer, el problema fue su alto coste de producción.




Muy recomendable para los amantes del casi extinguido género del oeste.






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