martes, 6 de septiembre de 2011

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

En un tiempo no tan lejano, nos contábamos nuestras cosas por carta...


Las Islas del Canal (De la Mancha) son una curiosa posesión inglesa en la costa francesa. Se trata de las Islas de Jersey y Guernsey, y algunos islotes más. Su pequeña superficie (195 km2) alberga una población de 150.000 habitantes. Aunque son dependencias de la Corona Británica, no forman parte del Reino Unido ni de la Unión Europea. Están divididas en dos “bailiazgos”, Jersey y Guernsey. Su peculiar estatus deriva de la compleja historia de conquistas entre los reyes ingleses/franceses y normandos. Sus ciudadanos tienen pasaporte británico. El idioma nativo de las Islas Anglonormandas es un dialecto del francés normando.



Pero quizás lo más interesante de estas islas es su historia reciente. Durante la Segunda Guerra Mundial, fueron la única parte de suelo británico ocupada por Alemania. En junio de 1940, el gobierno inglés había desmilitarizado las islas, declarándolas indefendibles. A toda prisa, se preparó una evacuación, durante la cual 17.000 personas se refugiaron en Inglaterra. La mayoría, niños, en un episodio que recuerda al terrible episodio de los “niños de la guerra” enviados por la República Española a Rusia durante la Guerra Civil.


Esta ocupación fue muy dura para los isleños. 2.000 fueron deportados, y los judíos, fueron enviados a campos de concentración y exterminio. Los alemanes desplazaron a muchos trabajadores esclavos del este para construir fortificaciones. Incluso llegaron a construir un campo de concentración en el que murieron al menos 700 prisioneros. La Armada inglesa sometió las islas a un cerco, especialmente al final de la Guerra. Las condiciones se volvieron tan penosas, que en diciembre de 1944 se permitió la llegada del buque Vega, de la Cruz Roja. Curiosamente, los aliados no liberaron este territorio hasta el día después del final de la Guerra en Europa (9 de mayo de 1945).


Estos dramáticos acontecimientos han servido de base a una curiosa novela epistolar, con el rocambolesco título de “La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey”. Con ese título, reconozco que nunca se me hubiera ocurrido comprarla. Afortunadamente, una amiga me la regaló este verano.




La autora, Mary Ann Shaffer, recrea esta época a través de un cruce de cartas entre la protagonista, una valiente, poco convencional, inteligente y divertida periodista y escritora inglesa (Juliet Ashton), con los peculiares y a veces disparatados habitantes de la isla. La pequeña novela realiza un homenaje a la literatura clásica, especialmente a la inglesa, recurriendo al humor fino, que permite suavizar terrible dureza y crueldad de la época. La novela rinde homenaje a diversos escritores, especialmente al desgraciado ensayista Charles Lamb. En ocasiones, resulta un poco confusa por la diversidad de personajes que aparecen y su estructura coral, pero mantiene el interés gracias al carácter de su divertida protagonista, y alguna que otra sorpresa del guión…

http://en.wikipedia.org/wiki/Charles_Lamb



Cualquiera que pertenezca a algún club o sociedad literaria, como es mi caso, se verá reflejado en las divertidas crónicas de las sesiones dedicadas a discutir sobre nuestros libros más queridos (u odiados). La novela transpira amor por la literatura y los libros, pero también por la naturaleza, la libertad y la nobleza de carácter. No es sorprendente leer que su autora fue bibliotecaria y librera. Por desgracia, no podrá disfrutar de su éxito tardío como autora, ya que falleció hace poco.
























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