Un jubilado William Mandella, aburrido de jugar al mus, se embarca en una nueva aventura en la entretenida novela "Forever free" de Joe Haldeman
Hace cuatro años, habábamos
en nuetro blog de la estupenda novela de Joe Haldeman, “La guerra
interminable”.
Pues bien; he seguido
leyendo las otras dos, que completan una de las series de novelas de
ciencia ficción más famosas. La segunda novela es “Forever peace” (1997). No es una
continuación de la primera, ya que cambia el escenario a un futuro próximo,
con una serie de guerras locales y regionales en Latinoamérica. El poderoso ejército
de EE.UU. lucha con diversas guerrillas, utilizando robots controlados
mentalmente por un pelotón de soldados conectados neurológicamente entre si.
Los EE.UU. mantienen su
hegemonía en Latinoamérica gracias a esta tecnología, y a la impresión en 3D, que les
permite obtener productos de todo tipo a bajo coste. Esta trama permite al
autor criticar la política intervencionista de los EE.UU. frente a
los movimientos revolucionarios durante los años
70 y 80. En este sentido, es de nuevo una crítica a la guerra, igual que
Forever war. Además, introduce otra trama más clásica en ciencia ficción,
relativa a los peligros de un proyecto científico de gran envergadura.
En general, la novela no es
tan entretenida como la primera, pero es interesante, y entra en cuestiones
de gran actualidad como la conexión entre cerebro y máquina, la guerra a
distancia, la inteligencia en red, etc.
Y al leer la tercera y última
novela de la serie, “Forever free” (1999) , me encuentro con la agradable
sorpresa de la vuelta de los personajes de la primera. El soldado
retirado William Mandella, vive con su mujer, Marygay, también veterana de la
Guerra interminable, en el frío planeta Middle Finger (dedo corazón, que según
se extienda, puede enviar un mensaje nada amistoso). La Tierra está habitada por una nueva humanidad, en la que los individuos post-humanos están
interconectados, formando una entidad única. Es el mismo esquema de civilización
de los antiguos enemigos de Tauro, lo que permitió un entendimiento entre ambas
razas y el final de la absurda guerra interminable. Mandella y un grupo de
humanos viejunos, conservados a lo largo de los siglos gracias a sus viajes
interestelares, deciden dar un salto al futuro en la última nave de la que
disponen. Sin embargo, a pesar de sus cuidadosos preparativos, el viaje va a
resultar mucho más peligroso de lo que suponían….
Esta última novela me ha
resultado de nuevo muy entretenida e interesante, llena de humor, sobre todo en
su primera mitad. La segunda parte incide en temas más filosóficos, acerca de
la evolución, la naturaleza humana, etc, y ya sabemos que ninguna novela va a
tener un final suficientemente satisfactorio cuando entra en este campo.
Para completar mi
conocimiento del autor, acabo de leer otra novela suya, “Camuflaje”. En este
caso, sigue las peripecias a lo largo de los años de un alien procedente del cúmulo M22 (visible ahora en Escorpión) que no se sabe muy bien porqué, acaba en la tierra, y decide conocer a sus habitantes. Su carrera humana comienza en los años 30, pasará por el mundo
universitario, conocerá la II Guerra Mundial ,
se interesará por diversos aspectos de nuestra civilización, y acabará
involucrado en el mayor proyecto científico de la historia…
Es una novela que empieza de una manera bastante dura y cruel, pero que se hace más esperanzada y humorística
según va avanzando. Se deja leer muy bien, y tiene como particularidad su
abordaje bastante detallado de las relaciones sexuales y la
identidad de género.
Además de esta novela, me he
dado cuenta que hace años había leído también otra obra suya, “The Heminway hoax”, basada
en un hecho real: la pérdida de un manuscrito de Ernest Heminway en 1921. ¿Qué
fue de la obra perdida? ¿Podría aparecer algún día?. Es una historia bien
contada, aunque un tanto compleja, en la que Haldeman rinde su
peculiar homenaje al famoso escritor americano.
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