martes, 2 de agosto de 2016

Una exposicion muy friki en Madrid

Jarrr, sus voy a dar mieditorrr pekadoresss...

De pequeño, como a casi todos los chavales de mi generación, me llamaba la atención el mundo del misterio y de lo “paranormal”, que conocí a través de los estupendos programas de Jiménez del Oso y de algunos libros, como los del suizo. Erich Von Däniken. Aquellas teorías sobre las pirámides y astronautas viejunos eran muy atractivas; lo de construir las pirámides piedra a piedra durante decenios parecía bastante aburrido,  pudiendo utilizar una buena nave interestelar... Además, por entonces teníamos ocasión de ver a Uri Geller destrozando la cubertería de José María Íñigo, o el programa de TV “Investigación Ovni” (Project UFO), con su misterioso arranque “Ezequiel vio la rueda…”.



Después de algún que otro intento chusco de contactar con los espíritus del más allá, aprovechando las vacaciones de verano, perdí interés por el tema paranormal, aunque no del todo. De vez en cuando he visto algún capítulo del sucesor de Jiménez del Oso, el periodista Iker Jiménez. Aunque transmite menos credibilidad que su maestro, hay que reconocer que su programa Cuarto Milenio está bastante trabajado. Me llama la atención, por ejemplo, el documental “el salto infinito”, que todavía no he visto, para el que se rodeó de un equipo científico de prestigio. Hace unos años visité las cuevas del El Castillo y Las monedas, y me impresionaron.



El caso es que el otro día, revisando las exposicones actuales en Madrid, topé con una de Cuarto Milenio en el Teatro Calderón. Pues bien, cedí a la tentación y acudí en busca de una interesante mezcla de ciencia, ficción y frikismo. La exposición superó ampliamente mis expectativas, sobre todo en su componente friki, subgénero “miedito”.


Un gran acierto de la misma es situarla en un espacio poco convencional, los pasillos y la sala principal del teatro Calderón de Madrid, ambientados con una cuidada iluminación, muy estudiada para inquietar al visitante. La exposición se divide en varios apartados, introducidos por el propio Iker en una grabación de audioguía. Se abordan los temas clásicos del mundo del “misterio”. Me gustó especialmente la sección dedicada a los monstruos (criptozona), una mezcla de animales prehistóricos reales, otros exagerados, y la mayoría, procedentes del folclore y la leyenda. Las reproduciones de todos ellos son estupendas.



También me resultaron interesantes las reproducciones de supuestos alienígenas a lo largo de la historia, y me gustó mucho el homenaje a inventores españoles, que trabajaron con primitivos trajes de buceo y de astronautas, como Emilio Herrera.


Igualmente, me resultaron curiosas las  réplicas de algunos de los “Ooparts” (objetos fuera de lugar) más conocidos, especialmente el mecanismo de Anticitera.


Y finalmente,no podía faltar una completa reproducción de la cocina con las caras de Bélmez, con todo su sabor de paranormalidad de andar por casa. Mucho mejor que el Poltergeist de Spielberg…

Otras secciones pretenden asustar, con muñecos diabólicos, crímenes horribles, vampiros y demás alegre compañia, pero caen más en el efectismo y lo macabro; uno de los problemas de este subgénero tan peculiar.

En todo caso, la exposición resulta muy entretenida, siempre que se tome con escepticismo y humor. Hay que reconocer que está muy bien montada, y el trabajo de los especialistas en reproducir cacharros y bichos raros es excepcional. Si quieres descansar un poco de los Pokemon, ya sabes dónde cazar monstruos verdaderamente horripilantes…


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