sábado, 13 de abril de 2013

Gateway: peligroso Pórtico al universo




Frederik Pohl es un escritor de ciencia ficción americano, con una larga carrera a sus espaldas. Nacido en 1919 nada menos, publicó su primera novela en 1937, y su última data de 2011. Pohl vivió en distintos lugares durante su infancia, hasta que sus padres se asentaron en Brooklyn. Desde muy joven sintió pasión por la ciencia ficción, y trabó amistad con algunos autores de la época clásica, como Asimov.

Durante los años 30, Pohl tuvo inquietud política y militó en el partido comunista, pero se desencantó tras el acuerdo entre la Unión Soviética y la Alemania Nazi. Después combatió en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Pohl se casó por primera vez con una compañera del curioso movimiento “Futurista” (Futurians), una peña que se anticipó al frikismo en muchos años. De hecho, Pohl, con 19 años, se convirtió en editor de dos nuevas revistas pulp de ciencia ficción, y se fue a vivir con unos amigos a la “Casa Futuriana”.

http://en.wikipedia.org/wiki/Futurians

http://www.stardustcf.com/articulos.asp?arti=22

Cuando se invente la máquina del tiempo, me apuntaré a cenar un día con estos colegas tan frikis. Por desgracia, su juventud y pasión les llevó a disputas internas, sobre todo amorosas, y se disolvieron en 1945.

Pohl continuó una exitosa carrera como editor. Pero su gran mérito es que además, el mismo es un gran escritor de ciencia ficción. Hasta ahora, he leído poco de este autor. Me gustó bastante “El último teorema”, curiosa novela escrita conjuntamente con Arthur C. Clark. Sin embargo, su última novela, “all the lives he led”, me aburrió bastante. Ahora estoy terminando una de sus novelas más conocidas y premiadas, “Gateway” (Pórtico, 1977).

¡CUIDADÍN, revelamos algunos aspectos de la trama!

El arranque de la novela es muy original y sugerente: la humanidad ha encontrado, casi por casualidad, una base alienígena abandonada en un asteroide cerca del sol. Al parecer, fue creada por una avanzada civilización extraterrestre llamada Heechee. A pesar de una antigüedad estimada en medio millón de años, las casi mil naves que permanecen en la base (Gateway 1) todavía operan. Eso si, nadie sabe cómo dirigirlas, aunque están muy automatizadas. El problema es que nadie sabe a dónde se dirigen: pueden ir a un estupendo planeta similar a la tierra, lleno de playas y bogavantes a la parrilla…o pueden acabar en las inmediaciones de una supernova, lo cual no resulta tan agradable.

La base es dirigida con duros criterios comerciales y mercantilistas, ya que toda la operación busca exclusivamente obtener rendimiento económico de los posibles hallazgos. Se establece así un tremendo dilema para los aventureros astronautas, obligados a ponderar riesgos y beneficios a la hora de decidir las naves en base a una información parcial y poco fiable, y presionados por una malvada corporación que no tiene nada que envidar a Umbrella. La idea es explotada magistralmente por Pohl, que alterna la narración de distintas misiones y de la vida en la base, con la historia personal del principal protagonista, Rob Broadhead. Rob es un tipo con problemas, agobiado y muchas veces desagradable. El autor no escatima en críticas y descripciones realistas tanto de Bob como de toda la empresa de exploración. Nos encontramos con una narración madura y compleja, muy lejos de la imagen del astronauta valiente y noble.

La novela está muy bien escrita, y alterna tres tipos de escenas: la narración principal se centra en las misiones; otra recrea la vida del personaje a partir de duras pero divertidas sesiones de psicoanálisis. Y finalmente, como recurso extra, tenemos la ocasión de leer anuncios cortos publicados en la base, abarcando todo tipo de temas, normas internas, informes breves, anuncios clasificados….

Todo ello hacen de Gateway una de las mejores novelas de ciencia ficción de todos los tiempos, un entretenimiento de primera clase, y de alguna manera, muy actual en la actual tesitura política y económica.

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