miércoles, 27 de abril de 2011

TOMAR LAS AGUAS

En el Km. 60 de la Ctra. N-623 Santander-Burgos, se encuentra el “Balneario de Corconte”. Enclavado en el fértil “Valle de Valdebezana” (Burgos), que cubre las aguas del embalse del Ebro, a una altitud de 850 m. sobre el nivel del mar, con un clima estimulante y un entorno idílico, único por su belleza y tranquilidad.

Su agua minero-medicinal, que se define como clorurada-sódica-sulfurada (ya recetada por el Dr. Marañón a sus pacientes, en el Hospital General de Madrid), está indicada para el tratamiento de cálculos renales, artrosis, artritis, dolores articulares, osteoporosis, gota y diabetes.

En el paraje conocido como “La Fuentona”, en Fontibre (Santander), nace a la vida el Ebro, burguesón y tranquilo. Inicia su andadura vital parsimonioso, sabedor de su importancia pues a él le debe su nombre la Península Ibérica. Enarbola, arrogante, la bandera de río más caudaloso, ignorando, impertérrito, su condición de “RIO, S.A.”, pues su abundancia fluvial se la debe a otros más pequeños y anónimos (Hijar, Rucebos, Guares, Ubaina, De las Hachas, Polla, Riopanero, Mardancho..) que se vacían en él ansiando, únicamente, un reconocimiento tardío que nunca llega.

Cruza Reinosa” y hace un alto en el camino en el impresionante embalse del Ebro: Un mar de azul que se funde con el cielo y reposa sobre un lecho de hierba. Continúa su andadura, caprichoso e inconstante, trazando un curso que no conoce de límites ni provincias: Ahora Burgos, nuevamente Santander (la “Mancomunidad los Valles” formada por “Valdeolea”, que el río ignora y deja de lado, “Valdeprado del Río”, que atraviesa casi entera, y, tras un breve guiño a Palencia, “Valderredible” desde donde vuelve a entrar en Burgos y comienza a encañonarse formando un recorrido de impresionante belleza).

Siguiendo la grieta fluvial llegas a “Orbaneja del Castillo”, un pueblo horadado en la piedra, majestuoso y fuerte como pocos. Desde “Villaescusa de Ebro” un camino rural te lleva, a 1 kilómetro de distancia, a un paraje conocido como “El Tobazo”, una surgencia kárstica que se forma en la plataforma de “La Lora”. Continuamos hacia “San Martín de Elinés” donde nos espera una maravillosa Colegiata Románica del S. XII. De un exterior cuidado y hermoso, lamentamos no poder visitar su interior pues esta cerrada al ser día no festivo.

Decidimos parar a comer en “El Ruerrero” otro pueblecito que aún conserva su encanto, con una torre medieval del S. XIV, casi en ruinas, y un puente ojival sobre el “Riopanero”. En “Casa Puri” coincidimos con varios trabajadores que están reparando la carretera que conduce al pueblo, ¡falta le hace!. Saboreamos, de primero, un delicioso guiso de patatas con “venao”, una pizca picante. Croquetas caseras de segundo (gigantescas) y de postre, no me puedo resistir, tarta de queso, ¡la mejor que he probado por la zona!. Suave, delicada.. ¡deliciosa!. Por 10 € hemos comido fantásticamente. Tras pagar, la dueña nos ofrece un chupito de pacharán elaborado por ellos mismos. Declinamos la amable invitación, hay que conducir, y agradecemos a Puri la comida y el buen trato.

El segundo día, desde “Fontibre” hacia arriba, pasando por “Paracuelles”, “Espinilla”, “Celada de los Calderones”, “Riaño”, “Emtrambasaguas”, “La Lomba” y “Brañavieja”, ascendemos por un camino de montaña, que invita al vértigo, hasta la estación de esquí “Alto Campoo”, la más importante de la Cordillera Cantábrica, con cumbres que superan los 2.000 metros de altitud. Llegamos hasta el “Mirador de la fuente del Chivo” donde nieve, niebla y viento, condicionan la visión de un paisaje único.

Un viaje plácido, relajante, ameno y desde luego, aconsejable, sobre todo si al final del día tienes la suerte de reposar, en una cama gigante, comoda y acogedora como la de la fotografía. Mejor en compañía....

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