Sin límites

Cuando partes de diversas adicciones, tu novia te acaba de dejar y te persigue une editora que te ha pagado por un libro que ni has empezado, cualquier ayuda, venga de donde venga, se agradece aunque la mano te la tienda alguien que no te inspira demasiada confianza. Si aceptarla supone únicamente tomarte una aparentemente inofensiva, transparente y delicada pastillita, casi como una gominola, las dudas se reducen a la mínima expresión. A partir de ahí explosión mental, percepción al cubo y un desarrollo de capacidades desconocidas llevadas al extremo.

Si además a esa personalidad, inicialmente derrotada, la envuelve el físico de Bradley Cooper, que al principio aparece afeado físicamente para ir tuneándolo poco a poco hasta alcanzar el esplendor físico que veis en la fotografía, pues la cosa pinta bien.

“Sin límites” es una película bastante solida que cuenta con Robert de Niro como secundario de lujo de este actor guapo, no hay duda, pero que aún tiene mucho que demostrar.

Tiene ratos aburridos, pero el director consigue resolverla de manera sensata y creíble haciendo que, al final, te lleves la sensación de que es una buena historia.

Recomiendo verla “con límites” si el resto de las opciones son dudosas. La moraleja que nos vende es que por mucho que avance la ciencia siempre irá por detrás del hombre ya que, al fin y al cabo, es a él a quien debe su nacimiento. ¡Nos encanta ser los más listos!.

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