jueves, 3 de febrero de 2011

TOTAL KHÉOPS

“TOTAL KHÉOPS”Jean-Claude IzzoEditorial Akal Literaria

Animada por la insistencia de mi amigo Juan, y dado que el tema me apasiona, decidí apuntarme al Club de Novela Negra de la Librería Taiga de Toledo. Aún no he ido a ninguna reunión pero si he leído la novela propuesta para el mes de enero: “Total Khéops” de Jean-Claude Izzo. Desconozco las opiniones del resto de los miembros del Club, puesto que no fui a la sesión, pero debo decir que a mi me ha gustado.
Hace poco escribí en este mismo blog un artículo sobre Henning Mankell y el famoso inspector Kurt Wallander, del cual he leído todas las novelas, y puesto que las tenía recientes al empezar con la de Izzo no he podido evitar leerla desde una perspectiva comparada. En el duelo ganó Fabio Montale por hedonista, mujeriego, enrollado y mediterraneo de pura cepa, y porque reconoce que: “Estaba angustiado y solo. Más que nunca. Sin ningún miramiento, cada año tachaba de mi libreta al amigo que decía alguna frase racista. Despreciaba a aquellos que ya solo soñaban con un coche nuevo y vacaciones en el Club Mediterráneo. Olvidaba a todos los que jugaban a la lotería. Me gustaba la pesca y el silencio. Caminar por las colinas (…). Hablaba poco. Tenía opinión sobre todo. La vida, la muerte. El Bien, el Mal. Estaba loco por el cine. Me apasionaba la música. No leía ya novelas de mis coetáneos. Y por encima de todo, me repugnaban los tibios, los blandos”.
Tres amigos de infancia que crecen en una ciudad como Marsella, “donde hay que tomar partido”, se separan en la madurez al elegir cada uno un camino diferente: Uno huye, el segundo se deja engullir por el único mundo que ha conocido, aunque eso suponga su destrucción, y Fabio se pasa al otro lado. Izzo, excelente narrador, logra transmitir el amor y el odio, a partes iguales, que le inspira la ciudad que le vio nacer. En muchos aspectos me recordaba a “Gomorra” de Roberto Saviano, ambos unidos en una labor de denuncia y defensa de su territorio, demostrando que otras opciones son posibles. Uno desde la ficción. El otro, más arriesgado, desde la investigación exhaustiva, con nombres y datos concretos, lo que le ha supuesto el exilio de su querida Nápoles y una amenaza de muerte.
Abundan las referencias literarias, musicales, cinematográficas y hasta culinarias, algo habituales en las novelas de género negro, una de las carencias que yo encontraba en las de Wallander. El autor lo hace de una manera acertada ya que éstas forman parte de la historia y en ningún momento desentonan ni resultan pedantes (de Rubén Blades os recomiendo la fantástica “Sabanas frías”, que canta a dúo con los chicos de Maná, una de mis canciones favoritas).
Muy acertada la presentación de los capítulos: “Donde es preferible expresar lo que se siente”. Son como lamentos que anuncian lo que vas a encontrar dentro. Me traía a la memoria los cómics de Fran Miller, “Sin city” en concreto (http://www.guiadelcomic.com/frankmiller/sin-city.htm.). Tienen alma de blues, ese alma que destilan las canciones de Billie Holiday. Es una novela muy gráfica, muy visual.

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