domingo, 20 de marzo de 2016

Toledo siempre es una buena opción (II)

Por sus monumentos:
El maravilloso Monasterio de San Juan de Los Reyes:
 
 
 
 
 
 
La impresionante y bellísima Sinagoga del Tránsito
 
 
Por sus exposiciones:
Cervantes y el Siglo de Oro de Alberto Romero en el Archivo Histórico Provincial
 
 Y por ella misma...
Toledo siempre es una buena opción.


sábado, 5 de marzo de 2016

Toledo siempre es una buena opción

Por sus monumentos (iglesia del Real Colegio de Doncellas Nobles)....
 
 
 
 
 
Por sus exposiciones (Archivo Vasil, Sucedió en Toledo, Centro Cultural San Clemente)....
 
 
 
 Por ella misma.....
 

jueves, 25 de febrero de 2016

El hombre del castillo se pasa a la TV


Philip K. Dick no triunfó en vida, pero se ha ido haciendo cada vez más famoso, hasta alcanzar su actual estatus de autor de culto entre los aficionados a la ciencia ficción. Su fama comenzó con la influyente película de Ridley Scott “Blade runner” (1982), basada en el relato “Do Androids Dream of Electric Sheep?”. El escritor apoyó la versión cinematográfica, pero por desgracia, murió cuatro meses antes de su estreno, a los 53 años de edad. Desde entonces se han adaptado muchos más relatos al cine, como “Total recall” y “Paycheck”. Leí ambos en su día, y disfruté mucho, especialmente del primero, en el que el autor juega con realidades paralelas y alternativas, un tema muy presente en su obra.

Precisamente la historia ficción y las realidades paralelas es el asunto abordado en su gran novela, “El hombre en el castillo” (The man in the high castle, 1963). Nos encontramos en una sombría Norteamérica, dominada por las potencias vencedoras de la II Guerra Mundial: la Alemania nazi, que controla el este del país, y Japón, que domina los Estados del Pacífico. Sólo una franja en las montañas rocosas mantiene cierta independiencia y sirve de frontera a dos regímenes totalitarios que luchan en una guerra fría, similar a la de EE.UU. y la URSS. Durante los úlitimos años, los japoneses se han “civilizado” un poco, y han desarrollado una espiritualidad oriental (en la que el autor estaba muy interesado). Por el contrario, los nazis han dado rienda suelta a todo su potencial salvaje y sádico, invadiendo prácticamente todo el mundo, destruyendo África y comenzando la conquista del Sistema solar. En un mundo oscuro y siniestro, la única esperanza es la publicación de un curioso libro, “The Grasshopper Lies Heavy”, una novela dentro de una novela, que describe un mundo alternativo en el que los aliados ganaron la guerra, dando lugar a una tercera realidad, en la que EE.UU. y el Imperio Británico dominan el mundo. La novela resulta interesante por su trama, y por su maestría al describir la realidad oculta tras las apariencias.


https://en.wikipedia.org/wiki/The_Man_in_the_High_Castle_(TV_series)


Finalmente, la novela ha dado el salto a la TV, de la mano de Amazon, en una serie de 10 episodios dirigida por Frank Spotnitz, guionista y productor de series (Expediente X). La serie modifica bastante los personajes, dando protagonismo a atractiva y valiente Juliana Crain (Alexa Davalos). Entre los actores, destacar el impresionante trabajo del actor inglés Rufus Sewell, como siniestro y elegante militar nazi, y el excelente actor japonés Cary-Hiroyuki Tawaga, que interpreta al ministro de comercio de los estados del Pacífico; personaje triste y avergonzado de los excesos de la Kempeitai, la siniestra policía política japonesa.

La serie se beneficia de una recreación magnífica de una versión siniestra y oprimida de la América de 1960, que contrasta con las imágenes a todo color que tenemos de esa época. Los personajes de la serie sólo se ilusionarán al conocer la existencia de unas misteriosas películas que parecen indicar que no todo es como parece…

Por cierto, la campaña de lanzamiento de la serie causó gran revuelo en Nueva York.

http://www.theguardian.com/us-news/2015/nov/25/nazi-inspired-ads-for-the-man-in-the-high-castle-pulled-from-new-york-subway


Las diferencias entre novela y serie hacen recomendable que todo aficionado a la ciencia ficción conozca ambas; aunque las dos obras van más allá de las convenciones del género. Además, Amazón ha confirmado que habrá una segunda temporada.


https://en.wikipedia.org/wiki/The_Man_in_the_High_Castle_(TV_series)






















domingo, 13 de diciembre de 2015

El puente de los espías

Pelo rizado, mirada directa, ademanes pausados…. Si algo podemos decir de ese Tom, “ni un seductor Mañara, ni un Bradomín ha sido, ya conocemos su torpe aliño indumentario”, en palabras de Machado, es que se trata de un hombre “en el buen sentido de la palabra, bueno”. Incluso en su papel del asesino a sueldo Michael Sullivan en la fantástica “Camino a la perdición”, de Sam Mendes, cine negro del mejor, su parte buena acaba imponiéndose a la mala cuando a la lealtad inquebrantable que profesa a su jefe antepone, sin dudarlo, su papel de padre.

La historia está basada en hechos reales.

Años 50. El mundo dividido en dos bloques. Guerra Fría. A James Donovan, abogado especializado en seguros, le encargan representar a un espía ruso capturado en suelo americano. Confundido con la propuesta pronto le aclaran que, haga lo que haga, el detenido será declarado culpable por lo que su trabajo únicamente consistirá en demostrarle al mundo que en Estados Unidos hasta el hombre más despreciable tiene derecho a contar con una buena defensa. Pero su firme creencia en la ley y la justicia, su perseverancia y su resistencia al desaliento, que le harán ganarse el odio de sus compatriotas por no entender ni compartir su empeño, terminarán convirtiéndolo en negociador de la CIA para un intercambio de prisioneros con la U.R.S.S.

Tom Hanks no empezó a contar como actor hasta 1993, año en el que rodó “Philadelphia” a las órdenes de Jonathan Demme y su papel de Andrew Beckett, un homosexual enfermo de SIDA, le hizo ganar su primer Oscar. El segundo le llegó al año siguiente por “Forrest Gump”, de Robert Zemeckis, donde el enorme corazón de Tom ya se dejó sentir en todo su intensidad: “la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”.

Gracias a la franqueza con la que interpreta Hanks humaniza a sus personajes de tal manera que siempre consigue traspasar la pantalla y empatizar con el espectador. ¡El tío cae bien!

A esa cualidad tan suya le debemos que, durante los ciento treinta y cinco minutos que dura, “El puente de los espías” (en la que no hay carreras, explosiones, ni tiros) esquive al aburrimiento, mantenga la tensión y emocione.

Con música de Thomas Newman (“Revolutionary Road”, “American Beauty”, “Skyfall”), Ethan y Joel Coen en el guión, Tom Hanks como protagonista y Steven Spielberg (en una de sus obras comprometidas y serias) como Máster Chef, era imposible que no saliera un plato digno de un cinco estrellas Michelin.

Atmosferas muy logradas para transmitir formas opuestas de entender el mundo.

Gente normal, con sus miedos e inseguridades, que clama en silencio: nunca fuimos héroes.

Película sin estridencias, casi circunspecta.

Poco apasionada, pero muy apasionante.

Cine con un halo de cotidianidad y tristeza.

Cine clásico.

¡Buen cine!
Paisajes manchegos...




martes, 8 de diciembre de 2015

Exposición de Andrzej Wróblewsky en Madrid


El "chófer azul" preparado para bajar a poner las cadenas...

El pintor Andrzej Wróblewsky nació en Vilna en 1927 (Lituania), entonces perteneciente a Polonia, y se trasladó a Cracovia en 1945. En menos de diez años pintó 200 cuadros, a veces de estilo realista, otras veces abstracto, incluso mezclando los estilos en la misma obra.

La exposición del Museo Reina Sofia de Madrid (en el Palacio de Velázquez, en el Retiro) se centra en dos etapas. Durante la fase inicial (1948-49), el pintor desarrolla su propio estilo, inspirado en las vanguardias del SXX, pero original. El otro periodo, el final, abarca los años 1956-57. Antes el pintor había tratado de seguir las directrices del realismo socialista, pero estaba intentando redefinirse de nuevo. Al parecer, se debatía entre el compromiso político con el estado comunista y la experimentación artística.

Una peculiaridad de Wróblewsky es la utilización de las dos caras del mismo lienzo para pintar dos obras diferentes, aunque complementarias. Normalmente los museos exponen una sola cara, ya que a veces la otra está al revés. Sin embargo, en esta ocasión es posible contemplar las dos, y de hecho varias obras se exponen en el centro de la sala del Palacio de Velázquez. (que por cierto, es preciosa y merece la pena visitarla).

El pintor aborda temas como los horrores de la Segunda Guerra Mundial: persecución, fusilamientos, enfermedad, muerte. Algunos de sus cuadros parecen inspirados en Goya y Picasso. Por otra parte, sus pinturas abstractas son interesantes, sobre todo las que reflejan el cielo y los astros. Finalmente, su serie sobre aspectos de la vida cotidiana, sobre todo los conductores de autobús, resulta muy sugerente. Gracias al punto de vista utilizado, el espectador se sitúa en un frío autobús de los años 50 cruzando las llanuras de Polonia.

La exposición presenta también un fragmento de una película que rodó Andrzej Wajda sobre el pintor. Por desgracia, Wróblewsky murió a los 29 años en un accidente de montaña. A pesar de su juventud, dejó un gran legado, no muy conocido fuera de su país, que esta exposición contribuirá a divulgar.



domingo, 15 de noviembre de 2015

Ciencia ficción con participación española



Apolo 18.

Las misiones americanas a la luna acabaron con el Apolo 17, ¿no?. Pues no, resulta que hubo una misión más, la 18, secreta, que obedecía a razones militares y no científicas... La película Apolo 18 reconstruye esta supuesta misión basándose en las grabaciones originales, muy bien recreadas, por cierto. El ambiente realista de una misión de los años 70 es lo mejor de esta cinta bastante fallida, ya que a partir de un momento dado, recurre a trucos más propios del género de terror. Una vez que te pones a verla ya la acabas a ver que pasa, pero no vale gran cosa. Ha sido dirigida por el director y guionista español Gonzálo-López Gallego.

Autómata

Aquí nos encontramos con otro español, Antonio Banderas, que interpreta a un ingeniero experto en robots, en un mundo postapocalíptico. El aumento de la actividad solar está achicharrando la superficie terrestre, y para combatirlo, la humanidad ha creado un ejército de robots capaces de sobrevivir a las condiciones inhóspitas en el exterior. Sin embargo, el intento falla, y los humanos se vuelven hostiles a los robots, que son relegados a tareas menores, o directamente expulsados o destruidos. A partir de esta situación, surge una historia de desarrollo de inteligencia artificial, muy de moda en estos momentos (aparición de la singularidad), y de desarrollo evolutivo basado en la mecánica y no en la biología.

La película es irregular, y los actores no están demasiado acertados. Participa una muy operada Melanie Griffith, el siempre eficaz Robert Foster, y la atractiva Birgitte Hjort Sørensen, actriz danesa (Borgen). Pero muy por encima de ellos está la interpretación de los robots. Su diseño es magnífico, su carácter honrado y amable contrasta con los agresivos humanos, su cambio progresivo, su “trascendencia”…una de las mejores recreaciones cinematográficas de  un posible futuro robótico, sólo por eso merece la pena ver la película. Está claro que su director, el madrileño Gabe Ibañez, es partidario de un salto evolutivo radical…


El Ministerio del Tiempo

Y por fin, llegamos a una de las pocas series españolas de ciencia ficción, emitida este año. Narra las aventuras de un nuevo equipo de reclutas del Ministerio, el soldado de los Tercios de Flandes Alonso de Entrerríos (Nacho Fresneda), el enfermero del SAMUR Julián Martínez (Rodolfo Sancho), y una de las primeras universitarias españolas, la barcelonesa Amelia Folch (Aura Garrido). Esta última deberá dirigir a sus compañeros en arriesgadas misiones al pasado, para tratar de que la historia de España no cambie. En el Ministerio, tres veteranos les darán réplica, interpretados por los estupendos Juan Gea, Cayetana Guillén Cuervo, y Jaime Blanch.

La serie, a medio camino entre la ciencia ficción y la novela histórica, mezcla con acierto humor y drama, revisa críticamente pero con cariño nuestra historia, evita caer en demasiadas paradojas temporales, y consigue enganchar a la mayoría del público, sea o no partidario de las series españolas. Un guión en general acertado, buenas interpretaciones, una producción excelente, acierto en reconocer con gracia los tópicos y referencias del subgénero de viaje en el tiempo, y la elección de episodios significativos de nuestra historia, han llevado a la creación de un activo grupo de fans, que se han conseguido su renovación: “los ministéricos”.


Es una serie claramente exportable, a pesar de que algunos gags son difícilmente comprensibles en otros sitios, como la explicación de la eterna juventud de Jordi Hurtado…


Una serie que engancha, que se ve con interés, y que te deja triste cuando acaba. Enhorabuena a sus creadores, los ministéricos quedamos a la espera de la segunda temporada…


Europa Report.

Y finalmente, una película sin participación española, aunque si latinoamericana, ya que ha sido dirigida por el ecuatoriano Sebastián Cordero.


La Tierra, en un futuro próximo. Las empresas privadas están a la cabeza de la exploración espacial. Entre ellas, Europa Ventures, cuyo objetivo es explorar el prometedor satélite de Júpiter. ¿Habrá vida en las profundidades del enorme océano bajo la capa de hielo? Para ello, se lanza una misión con seis tripulantes, biólogos, ingenieros, pilotos, etc., bien preparados, y por casi primera vez en el cine, adecuadamente seleccionados y entrenados. Este es uno de los aciertos de la película, que nos evita el típico astronauta psicópata o simplemente lerdo, capaz de tirar por la borda una misión de millones de dólares porque la NASA no puso mortadela en las raciones.

Otro de los atractivos de la película es la nave: compacta, funcional, elegante, y eficaz. Parece un paso algo más allá de la tecnología espacial actual. Los creadores han trabajado bien el aspecto científico, y además, los paisajes del satélite resultan impactantes.


Una película notable, aunque le falta algo de ritmo en algunos momentos, tiene que recurrir a algunos tópicos del género, y el final es discutible.

En definitiva, ciencia ficción para todos los gustos en un año 2015 muy favorable...por no hablar del Marciano... :-)