Philip
K. Dick no triunfó en vida, pero se ha ido haciendo cada vez más famoso, hasta alcanzar su actual estatus de autor de culto entre
los aficionados a la ciencia ficción. Su fama comenzó con la influyente película de Ridley Scott “Blade runner” (1982), basada en el relato “Do
Androids Dream of Electric Sheep?”. El escritor apoyó la versión
cinematográfica, pero por desgracia, murió cuatro meses antes de su estreno, a
los 53 años de edad. Desde entonces se han adaptado muchos más relatos al cine,
como “Total recall” y “Paycheck”. Leí ambos en su día, y disfruté mucho,
especialmente del primero, en el que el autor juega con realidades paralelas y
alternativas, un tema muy presente en su obra.
Precisamente
la historia ficción y las realidades paralelas es el asunto abordado en su gran novela, “El
hombre en el castillo” (The man in the high castle, 1963). Nos encontramos en
una sombría Norteamérica, dominada por las potencias vencedoras de la II Guerra
Mundial: la Alemania nazi, que controla el este del país, y Japón, que domina
los Estados del Pacífico. Sólo una franja en las montañas rocosas mantiene
cierta independiencia y sirve de frontera a dos regímenes totalitarios que
luchan en una guerra fría, similar a la de EE.UU. y la URSS. Durante los úlitimos años,
los japoneses se han “civilizado” un poco, y han desarrollado una
espiritualidad oriental (en la que el autor estaba muy interesado). Por el
contrario, los nazis han dado rienda suelta a todo su potencial salvaje y sádico,
invadiendo prácticamente todo el mundo, destruyendo África y comenzando la conquista del Sistema
solar. En un mundo oscuro y siniestro, la única esperanza es la publicación de
un curioso libro, “The Grasshopper Lies Heavy”, una novela dentro de una
novela, que describe un mundo alternativo en el que los aliados ganaron la
guerra, dando lugar a una tercera realidad, en la que EE.UU. y el Imperio Británico
dominan el mundo. La novela resulta interesante por su trama, y por su maestría
al describir la realidad oculta tras las apariencias.
https://en.wikipedia.org/wiki/The_Man_in_the_High_Castle_(TV_series)
Finalmente,
la novela ha dado el salto a la TV, de la mano de Amazon, en una serie de 10
episodios dirigida por Frank Spotnitz, guionista y productor de series (Expediente
X). La serie modifica bastante los personajes, dando protagonismo a atractiva y
valiente Juliana Crain (Alexa Davalos). Entre los actores, destacar el
impresionante trabajo del actor inglés Rufus Sewell, como siniestro y elegante
militar nazi, y el excelente actor japonés Cary-Hiroyuki Tawaga, que interpreta
al ministro de comercio de los estados del Pacífico; personaje triste y avergonzado
de los excesos de la Kempeitai, la siniestra policía política japonesa.
La
serie se beneficia de una recreación magnífica de una versión siniestra y
oprimida de la América de 1960, que contrasta con las imágenes a todo color que
tenemos de esa época. Los personajes de la serie sólo se ilusionarán al conocer
la existencia de unas misteriosas películas que parecen indicar que no todo es
como parece…
Por cierto, la campaña de lanzamiento de la serie causó gran revuelo en Nueva York.
http://www.theguardian.com/us-news/2015/nov/25/nazi-inspired-ads-for-the-man-in-the-high-castle-pulled-from-new-york-subway
Las
diferencias entre novela y serie hacen recomendable que todo aficionado a la
ciencia ficción conozca ambas; aunque las dos obras van más allá de las
convenciones del género. Además, Amazón ha confirmado que habrá una segunda temporada.
https://en.wikipedia.org/wiki/The_Man_in_the_High_Castle_(TV_series)
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