jueves, 16 de agosto de 2012

El juego y la sombra de Ender













Hace unos años leí por primera vez la famosa novela “El juego de Ender”, de Orson Scott Card, publicada en 1985. La trama es muy interesante, ya que aborda el tema clásico de la invasión alienígena, pero va más allá que la mayoría de las novelas del subgénero “ciencia ficción militar”. El autor tenía la intención de escribir esta primera novela como una simple introducción a toda una saga, compuesta hasta el momento por los siguientes títulos:

1.El juego de Ender (1985)
2.La voz de los muertos (1986) 
3.Ender el Xenocida (1991)
4.Hijos de la Mente (1996)
5.La sombra de Ender (1999)
6.La sombra del Hegemón (2001)
7.Marionetas de la Sombra (2002)
8.First Meetings (2002)
9.La sombra del Gigante (2005)
10.Guerra de regalos (2007)
11.Ender en el exilio (2008)
12.Shadows in Flight (2012)
Hasta ahora, solo he leído las dos primeras. Los grandes temas de la saga se esbozan en la primera entrega, pero no se desarrollan hasta las siguientes: el encuentro entre especies de distintos planetas, que conduce a la guerra o a una posible colaboración, los problemas de comunicación entre especies y dentro de la propia especie humana…Orson Scott Card maneja con maestría elementos de política, psicología, biología y tecnología, creando mundos e historias muy verosímiles. El planteamiento es interesante y atractivo, y el desarrollo, entretenido, sobre todo en la primera novela.

El Juego de Ender ha conseguido gran popularidad y se ha convertido en su novela más conocida con diferencia, a pesar de su concepción original de mera introducción. Sus protagonistas, niños y adolescentes, llaman la atención de un público joven, aunque no se trata ni mucho menos de una novela apta para todos los públicos. De hecho, por momentos resulta muy violenta y desagradable. Pero su trama perfectamente ideada, las aventuras de Ender y su lucha épica en un ambiente hostil, las intrigas del ejército y los políticos, y las batallas estelares, atrapan rápidamente al lector. Es el típico libro que te consume y lo tienes que tener a mano y aprovechar cada rato libre para devorarlo.

Hace poco tiempo me plantee la posibilidad de continuar con la tercera entrega, pero de repente me di cuenta que el autor había escrito en 1999 otra novela que no continúa la serie, sino que narra los mismos acontecimientos, pero desde el punto de vista de otro alumno de la escuela de batalla: Bean (La sombra de Ender). Me llamó la atención este curioso planteamiento, y he la he leído a la vez que releía la novela original. Resulta interesante comprobar este recurso tan cinematográfico (iniciado, creo, con Atraco perfecto de Stanley Kubrick y Jim Thompson). De hecho, resulta muy interesante porque al final del audiolibro, el autor comenta que lleva años dándole vueltas a la adaptación cinematográfica del Juego de Ender, y finalmente ha escrito un guión que combina ambas novelas.


El proyecto parece que va adelante, y contará con actores de la talla de Harrison Ford y Ben Kingsley. El protagonista será Asa Butterfield (La invención de Hugo). 

http://www.imdb.es/title/tt1731141/

Cuando esta película se estrene, seguramente será un bombazo, y pondrá de moda de nuevo al personaje. Pero inevitablemente, resultará más o menos decepcionante, por la imposibilidad de trasladar al cine una historia como esta. De hecho, Scott Card finaliza el audiolibro con una frase que dice algo así como: “querido lector/oyente, aunque la película resulte un éxito, tu y yo sabemos que ésta (el audiolibro) es la mejor producción posible de mi novela”. Y estoy de acuerdo con él, la narración en audiolibro, producida por Audio Renaissance, es excepcional.




miércoles, 15 de agosto de 2012

Escritores americános: RICHARD YATES

William Faulkner, Hemingway, Scott Fitzgerald, John Steinbeck, Kerouac, Tobias Wolf, Richard Yates, Truman Capote, Norman Mailer…. Siento una profunda admiración por los escritores americanos porque los considero unos maravillosos retratistas de la sociedad que les toco vivir. Ellos, con sus novelas, despertaron mi curiosidad y avivaron mi gusto por la lectura. Para demostrarles mi admiración, al igual que mi amigo Juan está haciendo con sus mejores novelas de ciencia ficción, voy a escribir una serie de artículos dedicados a la novela americana.

Richard Yates, escritor, profesor y periodista estadounidense, nació en Yonkers, Nueva York, en 1926. Su infancia estuvo marcada por el divorcio de sus padres (tan solo contaba con tres años) y los constantes cambios de domicilio que tuvo que soportar. No es de extrañar, pues, la aversión que siente hacia la familia siempre recubierta de un anhelo secreto por la estabilidad perdida y tan anhelada.

Participó en la Segunda Guerra Mundial en Europa, donde contrajo tuberculosis. Fue otro excelente escritor atormentado por su adicción al alcohol. Murió en Birmingham, Alabama, en 1992.

En los años posteriores a su muerte, ninguna de sus novelas podía encontrarse editada ¿Por qué un escritor respetado y aclamado por crítica y público cayó en el olvido tan rápidamente? No sé cuál sería el motivo, pero tal vez influyera la crítica descarnada con la que retrata la vida de la clase media americana ¡Verse reflejado en sus novelas resulta demoledor!

Su debut en el mundo de la literatura se produjo, en el año 1961, con “Revolutionary Road”.

El cine, desde su nacimiento, ha caminado de la mano de la literatura ¡Qué mejor guión que algunas de las incr
eíbles novelas que sobrevivieron a sus autores otorgándoles la gloria que, por desgracia, muchos no llegaron a conocer en vida! El cine me descubrió a Richard Yates.

En diciembre de 2008, Sam Mendes dirigió “Revolutionary Road". Protagonizada por Leonardo Di Caprio y Kate Winslet, y logró trasladar a la pantalla toda la dureza que el libro desborda. Después de ver la película leí la novela de Yates y comprobé que es una de las mejores adaptaciones que se han hecho de una obra literaria para el cine.

La conmoción que Yates con su novela y Mendes con su película me provocaron, creo que puede entenderse mejor leyendo la crítica que, en su día, escribí sobre “Revolutionary Road” y que titulé:

LA NAUSEA

Durante toda la película me venía a la cabeza una expresión que resumía lo que la misma me estaba haciendo sentir: “La nausea”. Es el título de un libro de Sartre, cuyo contenido se acerca bastante al mensaje que yo recibí de la película: habla de la náusea hacia la vida cotidiana. El ser humano cumple con la sociedad manteniendo las leyes y reglas. También trabaja y no olvida sus responsabilidades. Esto es lo que conduce a Sartre a constantes náuseas ya que el hombre cumple con su rutina y acaba, así, convirtiéndose en monótono. Esta rutina vuelve al ser humano débil.

Desde los primeros momentos, me sumergí tanto en la historia que era como si formase parte de ella, como si me estuviera pasando a mí y por ello sentía una angustia creciente en el estomago ¡No solo me estaba produciendo emociones fuertes, sino que me hacía sentir síntomas físicos... es increíble! Recuerdo escenas aparentemente inofensivas, por lo cotidianas, pero que me producían un pánico creciente, por ejemplo cuando los Wheeler cuentan a los vecinos que esperan un nuevo hijo y su vecina, aparentemente muy contenta, dice: “Pues habrá que conseguirles una casa más grande”. Y entonces se muestra perfectamente que su complacencia, ante la adaptación de la pareja “especial” a la masa, es inversamente proporcional al terror con que April la mira al ser consciente de lo que ello significa.

Refleja la envidia de compañeros, vecinos, amigos, cuando, por un momento, creen que los Wheeler van a romper con la monotonía que los destroza y que van a cumplir el sueño común de libertad que todos añoran. Refleja, de igual manera, la salvaje, aunque soterrada, alegría de esas mismas personas, cuando comprueban que la pareja no escapara a ese destino que todos comparten y que han acabado por asumir como inevitable.

“¡Que horror, Dios mío, que horror de vida!”, pensaba todo el rato. Y aunque es muy fácil convencerte de que tu vida no es tan anodina, de que tú haces muchas cosas que te gustan y satisfacen intelectualmente, aquí es donde hay que destacar que la historia es tan buena que te obliga a justificarte ante ti misma.

La película no puede reducirse a un periodo concreto de la historia americana, ni a una pareja en particular. Es una crítica universal y extrapolable a cualquier época, relación o institución. Cuestiona el matrimonio, el instinto maternal, el papel de la mujer en la sociedad y en la familia, las relaciones familiares, vecinales y laborales. Habla de la perdida de las ilusiones, del sacrificio personal en aras de cosas impuestas, de los sueños rotos, del “amor” vacío. Habla de la imposibilidad de ser feliz y querer a los demás cuando no te quieres a ti mismo. Habla de la presión social, del conformismo impuesto a base de años de aleccionamiento no consciente, del valor o más bien de su falta.

La historia te envuelve, te atrapa, te arrolla. Te coloca al borde de un abismo a cuyo fondo te produce terror mirar porque temes encontrar la nada más absoluta.

No puedo añadir más a lo que ya he escrito.

Richard Yates, aunque no demasiado prolífico, escribió otras novelas como “Once maneras de sentirse solo”, “Una providencia especial” o “Las hermanas Grimes”.



domingo, 12 de agosto de 2012

PASIÓN POR LA MONTAÑA (II)





Portillón de Benás (2.445 m): brecha excavada en la piedra que une los valles de Benasque y el francés de Luchón. Este año la ausencia de lluvia y la persistente niebla, que nos acompañaron durante todo el recorrido el año pasado, nos permite apreciar las mejores vistas que existen del Aneto y la Maladeta (sin olvidarnos de las vacas, parte imprescindible de este paisaje pirenaico).


Sopla un viento bastante fuerte y cuando nos vamos acercando al portillón hace frio. No obstante las cuatro horas que tardamos no me suponen un gran esfuerzo y disfruto muchísimo de la subida y del paisaje ¡Que gracia! Nosotros llevamos el forro polar mientras que los franceses/as que cruzan van en pantalón corto y camiseta de tirantes.

 Sendero botánico/ Gorgues (cascadas) de Alba: hoy queremos descansar y en nuestro hotel nos recomiendan esta excursión, asegurándonos que es cómoda y muy bonita. ¡Realmente lo es! Os dejo algunas de las fotos de las especies que fotografié: 





























































Lac deth Còth deth Hòro: un itinerario que transcurre bajo los altos glaciares de la Maladeta y Aneto. El Lac deth Cóth deth Hòro (“Hòroen aranés significa sima) desagua en el Valle de Arán, aunque geográficamente pertenezca a la Ball de la Escaleta. Desde la Besurta al Forau dels Aigualluts. Inmediatamente después llegamos la preciosa cascada de Aigualluts, sobre la que accedemos al Plan dels Aigualluts, una gran pradera surcada por los meandros del río con vistas al Aneto.
 
Al final del llano, a la izquierda, un camino estrecho y pedregoso nos introduce en el barranco de la Escaleta. Una subida brusca y progresiva, auténtica senda “comebotas”, que te conduce hasta una depresión del terreno desde la cual ya podemos observar el amplio collado del Hòro (2.236 m), tras el que encontramos el ibón (lago) de su mismo nombre.



Han sido 16 kilómetros, ida y vuelta, durante 5 horas, por senderos solo aptos para cabras pirenaicas ¡Agotador!

Aínsa: día de relax. Vamos en coche hasta esta preciosa localidad oscense, cuyo casco histórico, de origen medieval, está declarado conjunto histórico-artístico desde 1965. Contemplad que maravilla:



















Puerto de la Glera: de gran importancia por ser uno de los pasos comerciales con el valle francés de Luchón. Es una excursión de alta montaña que nos permite contemplar la plenitud del alto Ésera y la parte occidental de los Montes Malditos. El camino, que juguetea con el Torrente de Gorgutes, zigzaguea por su orilla derecha hasta que, después de una hora caminando y tras una fuerte subida, lo cruza.


Continuamos hacia las faldas del pico de la Montañeta. El camino sigue empeñado en superar el acusado relieve del Torrente de Gorgutes y nos acerca al Ibón de la Solana. Transcurridas dos horas llegamos al Ibón de Gorgutes (2.320 m), que nos resulta bastante feo porque sus orillas son pedregosas, ariscas, poco acogedoras.


Estamos cansados, pero hay que llegar. Bordeamos la orilla izquierda del ibón y seguimos ascendiendo hasta llegar al Puerto de la Glera. A Las antiguas poblaciones de los valles pirenaicos les resultaba más fácil comerciar con sus vecinos franceses que con los habitantes de las tierras bajas. Para estos intercambios económicos con Francia las vías de comunicación tradicionales eran los llamados puertos de montaña, siendo el puerto de la Glera, el de la Picada y el de Benasque los más utilizados de este valle.


 
Las vistas del Valle de Luchón desde el puerto de la Glera son espectaculares. ¡Ha valido la pena!

Valle de Remuñe: al final de la carretera de Francia, hacia el oeste, tomamos un camino que supera un molesto barranco que se adentra en el bosque. A la media hora alcanzamos la Pleta dels Capellans que nos induce a creer, muy erróneamente, que será un excursión relajada y cómoda. Por la orilla hidrográfica izquierda del torrente, ascendemos progresivamente sobre un terreno herboso y más estrecho. Nos equivocamos de camino, tomamos el de la derecha y llegamos a una cascada que nos impide el paso. Intento cruzarla temerariamente y a punto estoy de caerme. Damos la vuelta.



Cuando estábamos decididos a renunciar, divisamos varios excursionistas que ascienden por un angosto camino en el lado izquierdo. Los imitamos y llegamos a un autentico mar de piedras, grandes y puntiagudas, que atravesamos con bastante miedo ante un posible resbalón y porque nos resulta difícil identificar los mojones que indican el camino. Es tan complicada la senda que tanto en la subida como en la bajada, puesto que no utilizamos bastones, nos vemos obligados a reptar, escalar, sentarnos, deslizarnos, y siempre utilizando manos y pies.

Cuando por fin llegamos al Ibonet de Remuñe (2.200 m), hemos empleado mas de 2 horas (deberíamos haber llegado en una hora y media) y pensar en la bajada nos impide disfrutar de la vista del lago, a cuyo fondo se puede observar la Forca de Remuñe.



Tal y como nos temíamos, la bajada ha sido horrorosa. Me he golpeado en la rodilla con un pedrusco puntiagudo ¡He visto las estrellas! Para rematar, cuando ya estábamos cerca de la carretera, he resbalado y caído de culo. Del golpe en la rodilla guardo un hermoso y morado cardenal (ahora ya amarillo). Mi caída de culo me reportó un generoso dolor durante varios días y una lesión en la pierna derecha de la que aún me estoy recuperando.

¿Qué si volveré el año próximo a Benasque? ¡Por supuesto! Es un valle tan hermoso, con tantos lugares por recorrer y admirar…. Te agota tanto como te encandila ¡Es espectacular!

viernes, 10 de agosto de 2012

EL JUEZ CIEGO

Bruce Alexander


Casualmente cayó en mis manos el libro de Bruce Alexander titulado “el Juez Ciego”. No conocía al autor ni  a su obra  pero enseguida me llamo la atención el argumento: situada  la acción en la Inglaterra de 1765, nos narra las peripecias de un joven huérfano aprendiz de impresor  que llega a Londres con la finalidad de perfeccionar el oficio que le enseño su  recientemente fallecido padre. No obstante,  pronto descubre la hostilidad de la gran ciudad y se ve envuelto en un engaño que motiva su comparecencia ante el juez Fielding.  Simultáneamente se produce el suicidio-asesinato de Lord Goodhope en circunstancias extremadamente misteriosas – aunque ya explotadas en otros libros de este género- . que también ha de investigar el juez Fielding. Si bien se trata de un juez ciego,  no es ciego a la justicia ni al entorno social en el que vive, y  a fin de evitar que el joven aprendiz- Jeremy Proctor- se vea envuelto en más líos,  lo  toma bajo su protección  a la par que éste le sirve como  lazarillo en sus averiguaciones.
Es una novela ligera y  altamente recomendable para el verano y para evadirse de las preocupaciones diarias. Es original precisamente por la ceguera del protagonista que suple con un fino oído y con una gran percepción de los olores 
 Esta es la primera de las 10 novelas que tienen como protagonista al juez Fielding, las siguientes por orden de publicación son:

Asesinato en Grub Steet
Tumba Inundada
Persona o personas desconocidas
Jack, Sota y el bufón
La muerte de un colonial
El color de la muerte
Contrabandista Luna
Un experimento en la traición
El precio del asesinato
Reglas de compromiso

Además me parece interesante porque la figura del juez está basada en el juez John Fielding, que efectivamente era ciego y que jugó un papel destacado en la creación del primer cuerpo de policía profesional de Londres y en la rehabilitación de jóvenes delincuentes. 


Respecto del autor son pocos los datos que he encontrado: Nació en 1932 en Chicago y falleció en Los Angeles en el 2003. Su nombre era Bruce Cook si bien adoptó el seudónimo de Bruce Alexander. Estudió letras y fue crítico literario y cinematográfico; publicó ensayos, entre los que destacan los que hacen referencia a la obra de Bertold Brech. Interesado por la novela policiaca y  lector de Ross MacDonald y de John Le Carré alcanzó el éxito a través de la misma.


jueves, 9 de agosto de 2012

‘Prometheus’: Atención médica en 2093

Muelle (Foto: Virgipix)

Nota: He estado dudando acerca del lugar más apropiado para colgar esta entrada: en el blog Regimen Sanitatis 2.0, con unas pretensiones digamos algo más “serias” o “profesionales”, o aquí, en El Frikismo ilustrado, un blog compartido que no deja de ser serio y riguroso en el abordaje de sus temas, pero indudablemente –y como su propio nombre indica- más raro, extraño o extravagante, y desde luego con un planteamiento algo más ‘acratoide’. Finalmente decido incorporarla a ambos…

Aprovechando el periodo vacacional hemos ido al cine a ver Prometheus, nombre de la nave científica que protagoniza la expedición que da título a la última película de Ridley Scott, en lo que se anunciaba como un esperado regreso a la ciencia ficción. Recordemos que dos de sus primeras películas, Alien (1979), en cuyo universo se sitúa esta nueva cinta, que se considera como una especie de antecedente o precuela de la misma y, sobre todo, BladeRunner (1982), pasan por ser hitos del género Sci-Fi en el cine de todos los tiempos.

El resultado, a pesar de una aparente brillantez formal, de su efectismo y de los generosos medios empleados, no deja de ser algo decepcionante. Aunque visualmente poderosa, con algunas escenas y secuencias de interés, la película aparece lastrada por una excesiva retórica, cierta pretenciosidad y un afán o ansiedad de trascendencia que acaba dañando las (tal vez desmesuradas) expectativas que había despertado.

El guión, en el que ha intervenido Damon Lindelof, uno de los responsables de la exitosa serie Lost, resulta (¿deliberadamente?) confuso y los actores dan vida a unos personajes muy planos y poco elaborados. Resulta significativo y paradójico que el androide ‘David’ sea tal vez el mejor y más acabado. Más allá de algunas inesperadas incongruencias, todo tiene ya un incómodo aire de ‘deja vu’ que acaba cansando.

Lo más interesante, y a ello dedicaremos el resto de la entrada, es que aparte de la película, Prometheus ha creado todo un mundo de contenido paralelo a su alrededor, (cosas de la promoción y del marketing). Incluso la compañía WeylandCorp. que financia la expedición de la nave, (teóricamente en el año 2093), tiene su propia página Web: en la que podemos ver las actividades y los campos en que desarrolla su hipotética actividad comercial: Electrónica, Energía, Transporte, Seguridad y Sanidad. ¡Incluye hasta un TEDTalk supuestamente grabado en 2023 por el presidente de la empresa, Sir Peter Weyland!

Veamos como estará la Sanidad dentro de 80 años, en 2093, según WeylandHealth:

«Los avances en la ciencia médica han mejorado miles de millones de vidas en los últimos 50 años -y más del 90% de estos avances proceden del reconocido sector de la salud de Weyland. Desde 2022, con el inicio de su primer programa sobre ciencias médicas, Industrias Weyland se ha convertido en un campeón sin igual para lograr mejor salud, mejor atención sanitaria  y mejores intervenciones quirúrgicas para salvar vidas. En ese medio siglo, los avances farmacéuticos y genéticos de Weyland han mejorado la esperanza de vida en la Tierra en un 16% y en un sorprendente 21% para los empleados de Weyland.

Hoy día, el sector de la salud de Weyland emplea a más de 80 millones de científicos, investigadores, técnicos, médicos y enfermeras. Estos profesionales sanitarios atienden a más de tres mil millones de ciudadanos por año en miles de hospitales y comunidades de toda la galaxia.

En 2034, Weyland Health destinó 500.000 millones de dólares en becas académicas para investigadores en el campo de la ingeniería genética. Esta financiación ha facilitado el descubrimiento de los procesos de selección genética, una parte vital del mundo de la salud reproductiva en la actualidad. En biotecnología, los productos farmacéuticos Weyland se utilizan en más hospitales, clínicas y unidades médicas extraterrestres que cualquier otra marca. En tecnología mínimamente invasiva, nuestra nueva línea de equipos quirúrgicos ha sido mejorada aún más, automatizándola y haciéndola más eficiente en el diagnóstico.

Weyland también ha ampliado su línea de productos a las innovaciones para el hogar y para su lugar de trabajo. Pueden encontrarse Centros Móviles externos de diagnóstico (MEDICs) en casi todos los hogares, aulas, almacenes y sistemas de transporte a través de toda la galaxia.

Desde el descubrimiento de la curación para los cánceres más frecuentes, Weyland persigue con mayor intensidad el logro de su visión de una población libre de enfermedad mediante una mejor tecnología e inversiones en investigación médica. En resumen, el logro de un mundo mejor a través de una mejor salud.»

Como se ve, resulta bastante creíble, muy similar -prácticamente idéntico- a los anuncios publicitarios de cualquier empresa de las que actualmente se dedican a comercializar seguros privados de salud.

En varios momentos de la película aparecen diversos aparatos médicos; el más destacado de ellos es una cápsula quirófano inteligente denominada 720i MedPod (una especie de robot quirúrgico Da Vinci automático evolucionado), en el que la protagonista se realiza a sí misma una cesárea.

Y este es el texto de la publicidad comercial ficticia que aparece en la página Web sobre la misma:

«Este mismo año industrias Weyland ha presentado el 720i MedPod, aprobado por la FDA. Es nuestra unidad más avanzada hasta la fecha. Puede diagnosticar, tratar y realizar una serie de procedimientos quirúrgicos con incisiones láser ultra finas guiadas por exploración anatómica en 3D. Los procedimientos incluyen desde el diagnóstico y el tratamiento de la infección mediante inyecciones de antibióticos concentrados, reparación básica de heridas, apendicetomía, extirpación laparoscópica y cesáreas. En la actualidad se han fabricado y desplegado una docena de unidades por parte de Industrias Weyland para llevar a cabo pruebas prácticas.»

Otros aparatitos y dispositivos médicos fabricados por Weyland serían:

MEDICS (Mobile External Diagnostic Centers)

«MEDiCs es una herramienta fundamental en cualquier espacio público y en entornos ciudadanos. MEDiCs proporciona tranquilidad y seguridad como nunca antes. Basta con abrir el armario de la pared y extraer el chaleco de diagnóstico. Una vez colocado sobre el paciente, MEDiCs determinará el alcance de todos los daños externos, analizará muestras de sangre si es necesario, mostrando los resultados en cuestión de minutos. El personal de urgencias puede también acceder inmediatamente a la información médica del paciente y transmitirla a los centros sanitarios más cercanos. MEDiCs puede ser utilizado por cualquier ciudadano mayor de edad y ya ha salvado millones de vidas.»

Reestabilizador Sináptico

«Otra destacable proeza tecnológica de los científicos de Weyland, el Reestabilizador Sináptico, a través de la inervación eléctrica precisa, despierta las neuronas inactivas en el tejido cerebral de pacientes fallecidos o moribundos. Esta delicada tecnología es muy sensible y está restringida a un selecto grupo de médicos y científicos. Los 9 Reestabilizadores existentes se han utilizado durante los últimos 2 años en facultades de medicina y centros de investigación biotecnológicos sólo para uso experimental, en espera de investigación por parte de la FDA.»

Cámaras Antigravedad de Recuperación

«Las Cámaras Antigravedad de Recuperación son una tecnología altamente sofisticada utilizada en hospitales y centros de rehabilitación. La investigación ha demostrado que los pacientes en condiciones antigravedad presentan una tasa de recuperación un 70% más rápido en lesiones traumáticas o enfermedad. Los científicos de Weyland han diseñado una instalación de tamaño de una habitación que simula condiciones de antigravedad al nivel deseado. Los pacientes pueden beneficiarse del tratamiento antigravedad, mientras se encuentran cómodamente en cama. Este producto se encuentra actualmente en una versión limitada exclusivamente a las principales áreas metropolitanas en la Tierra.»

Hasta aquí este hipotético catálogo futuro. Dos detalles: los visionarios guionistas de Prometheus creen que dentro de ochenta años seguirá existiendo la FDA (!) y la humanidad seguirá fascinada por la tecnología médica. Es muy posible que así sea, aunque otra cosa es saber si dicha tecnología será accesible y estará al alcance de la mayoría de la población, o únicamente estará disponible para algunos privilegiados que puedan pagárselo. Es decir, los mismos problemas que estamos viendo hoy mismo, en 2012...

martes, 7 de agosto de 2012

Prometheus. Ciencia ficción serie B (asurilla)




Así se me quedó el careto al salir del cine...

AVISO: desvelamos parte de la trama de la película.
Me encuentro, como buen friki, entre los admiradores de la estupenda serie de ciencia ficción “Alien”. La primera película, mezcla de ciencia ficción y terror, nos impactó en 1979, y el cartel con aquello de que “en el espacio nadie puede oir tus gritos”, sigue causándome cierta inquietud. Por ello, cuando leí que su director, Ridley Scott, volvía a las andadas con una precuela, me las prometí muy felices.

Pues desgraciadamente, como el título de esta entrada ya sugiere, nos encontramos a mi parecer ante una tomadura de pelo bastante considerable. Para empezar, el planteamiento inicial parece inspirado en un programa de Iker Jiménez: un grupo de pinturas rupestres apuntan a una visita extraterrestre procedente de un mundo muy muy lejano. Resulta que en un momento dado sacan una foto de las Pléyades, pero luego no vuelven a mencionarlas. Extraño. En fin, que la malvada Corporación de Alien 1, más interesada en capturar bichejos que en mantener con vida a sus empleados (ya me suena esto, oyes), decide seleccionar a la que resultará ser posiblemente la peor tripulación de la historia de la ciencia ficción. Es cierto que en muchas películas de exploración sale el típico pesado al que quisiéramos que le cayera una estalactita en la cabeza nada más empezar la aventura. Pero es que los colgaos de la tripulación de Prometheus se están buscando convertirse en la merienda de algún monstruo interplanetario. Por ejemplo, ante lo que podría ser el mayor descubrimiento de la historia, sale el atontado del geólogo con que quiere volverse a la nave porque a él sólo le interesan las piedras…jo, machote, pues haberte quedado en La Pedriza, digo yo. Y su colega, fumando a través del sistema de respiración del traje espacial…es obvio que va a durar poco.
En fin, móntalos a todos en un pedazo de nave muy fardona tuneada con tubos de escape cromados, y los llevas directamente al planeta alien en cuestión, como no podría ser de otra manera dada la pericia en dibujar planos estelares que todo el mundo reconoce en el hombre de Cromagnon. Llegas directamente a la base alien, que es lo suyo, para que vamos a perder el tiempo en explorar el planeta, y te encuentras con una atmósfera similar a la de la tierra, sólo que tiene un 3% de concentración de dióxido de carbono. Esto nos permite meter a batiburrillo otros tópicos como la terraformación, algo de rollito Avatar, y ese típico momento de quedarse sin oxígeno y asfixiarse (vamos, no te preocupes hermosa, que respirando CO2 a esa concentración aguantas mucho. Aparte que si viste Apolo XIII en el cine de tu barrio, ya sabes que con un filtro normalito se arregla el problemilla).
Y luego encontramos una cueva, muy práctica para terrarformar y tal, y plantar un careto que ya habíamos visto como mil veces antes, pero, ¿no era en Marte? Al menos el Jiménez del Oso esa parte se la sabía. ¿Y que hacer en una cueva misteriosa llena de indicios de restos orgánicos? Pues claro, ya lo has adivinado. Quítate el casco, piérdete un rato por ahí, toca todo lo que puedas, juega con las serpientitas esas tan simpáticas…ya está tardando el alien en comerte, colega. Te me traes el mejor GPS del futuro, una virguería que te hace un plano espectacular de la cueva y de lo que haga falta...y te me pierdes al salir, como Pulgarcito...pero muchacho, que penita...se ve que la corporación malvada está recortando las pagas del departamento de selección de personal…

Una pena y un derroche de buenos actores. ¿Para que quieres a Charlize Theron, si lo único que necesitas es una actriz buenorrilla que se coma una escoba al principio de la película y se pase el resto del tiempo dando por saco al resto de la tripulación? Al menos la vemos en ropa interior un ratillo cuando todavía está hibernando, algo es algo.

También tenemos al androide de la primera película, con su peculiar tendencia a perder la cabeza y a coleccionar gusanos cabroncetes . Vaya, esto ya lo habíamos visto en la primera. Toda la saga anterior cuenta con unos aliens mucho más acojonantes y bien pensados que los pececitos y pulpejos de esta. Sólo se salva del lío Noomi Rapace, que mantiene intactas sus habilidades aprendidas en Millennium.
Y lo peor es que al final hay un pretendido mensaje trascendendal y freudiano, pero nos deja a dos velas. Sabemos al menos, eso sí, como nace el alien, pero hubiera sido mejor que no nos lo explicaran o que se hubieran currado más el improbable cruce entre pulpo a la gallega y hombre malo de la pradera.

¿Qué pasa con el cine de ciencia ficción de hoy en día? Por favor, guionistas, necesitáis leer un poco a Bradbury, a Clarke, a Orson Scott Card, a Heinlein, a Asimov, a Lem, a K Dick...en definitiva, la parte científica muy mal, la parte de terror mal, la aventura risible, los personajes, apayasados,  y los efectos especiales, eso si, chulos. Pretenciosa y sin una chispa de humor. Una decepción en toda regla para los seguidores de Alien. Mejor alquilársela de nuevo…

lunes, 6 de agosto de 2012

Hopper en Madrid

Hopper, a medio camino entre la pintura y el cine.


Recientemente he visitado la estupenda exposición que el museo Thyssen de Madrid ha dedicado a Edward Hopper. Dicha exposición cuenta con un pequeño programa que explica muy bien su trayectoria, y paso a resumirlo.


Edward Hopper nació en Nyack (Nueva York) en 1882 y vivió toda su vida en la ciudad de Nueva York, veraneando en su estudio de Cape Cod. Nació en el seno de una familia de clase media, y sintió atracción por la pintura desde muy joven. Aprendió con Robert Henri, un profesor de la New York School of Art, que defendía la pintura realista, representando la vida cotidiana de la sociedad americana.


Al terminar sus estudios, Hopper viajó a París en varias ocasiones, durante 1906 y 1910. Desde entonces, y hasta su muerte en 1967, apenas salió de EEUU para viajar a México. Durante muchos años vivió como ilustrador comercial. Pero en 1925, una exposición de acuarelas en la Rehn Gallery tuvo mucho éxito, y le permitió dedicarse exclusivamente a la pintura. En 1933 el Moma realizó una gran muestra monográfica de su obra, y en 1950 hizo lo propio el Whitney Museum of American Art, institución que conserva la colección más importante de su obra.


El realismo de Henri fue la influencia más importante en Hopper. Henri defendía esta tendencia frente al academicismo y al impresionismo americano. Otros miembros de este movimiento fueron John Solan y George Bellows. Hopper admiraba a Velázquez (viajó brevemente a España desde París), el realismo holandés del Sg XVII, Coubert y Manet, pero quizás la influencia más importante en aquella época fue la de Degas. La obra culminante de esta época es Soir Bleu (1914), presente en la exposición de Madrid. Representa una escena en una terraza de París, con un Pierrot típico de esta época.
http://www.canvasreplicas.com/Hopper177.htm


Hopper trabajó mucho la acuarela, y se centró en el paisaje urbano o suburbano. Esto dotó de gran originalidad a su obra, ya que si bien el paisaje era un género típicamente americano, nadie hasta entonces había pintando de forma tan realista las zonas urbanas o residenciales de la gran ciudad. Fue interesándose por pintar casas aisladas, esas típicas construcciones americanas tan cinematográficas y algunas veces, siniestras. Las gasolineras, carreteras y vías de tren de Hopper, perfectamente realizadas, transmiten cierta inquietud y tristeza.
Pero sus trabajos más conocidos, los más geniales, son los interiores de casas, teatros, bares y hoteles, en los que  retrata a personas que transmiten un sentimiento de soledad y desamparo.  Algunos de estos retratos, como “Mañana en una ciudad”, o  “Sol de la mañana”, pueden contemplarse en la exposición del Thyssen.


La exposición recoge todas estas etapas de Hopper, e introduce también alguna obra de sus maestros. Resulta muy interesante, y merece la pena visitarla, sobre todo a primera hora, con menos público. Acaba con un curioso montaje basado en “Sol de la mañana”, que pretende explorar la relación entre su obra y el cine.