martes, 16 de junio de 2015

Conducta

¿Saben lo que es una historia de vida?  Se trata de una metodología de investigación cualitativa que permite reconstruir, tal y como han quedado grabados en la memoria, los acontecimientos más importantes en la vida de una persona, todo aquello que ha dejado una huella indeleble en su carácter y personalidad: de dónde venimos, qué herencia sentimental y ética hemos recibido de nuestros padres y como nos ha marcado el contexto económico, político, social y  cultural, que nos ha tocado vivir.

Chala, con apenas 11 años, arrastra una pesada carga sobre sus hombros de niño-adulto. Sin padre conocido, con una madre drogadicta y alcohólica, entrena perros de pelea para llevar el sustento a ese hogar que, aunque no parezca tal, es el único que conoce, lo único que tiene. Condenado a moverse en el universo crudo y desesperado de los mayores, que no debería conocer, los problemas los tiene a la hora de integrarse en el mundo infantil que le corresponde. Acostumbrado a la necesidad material y a las carencias emocionales, se relaciona con sus iguales con ese violencia que constituye su día a día, lo que le genera graves problemas de adaptación. Es un niño, a quien no dejan serlo, que siente como pierde su infancia arrastrado por la marginalidad y la ausencia de una familia que le proporcione el calor y la protección que le aseguren un desarrollo normal. Su inteligencia y desesperación le hacen comprender que Carmela, la maestra, constituye su única tabla de salvación, y a ella se agarra con fuerza.

A medida que avanza la historia queda patente que menos Chala (serio, leal, cariñoso, y muy responsable) cualquiera de los adultos se merece ser internado en esa temida y etiquetadora escuela de conducta.

Conducta” no es un drama novedoso ni rompedor (ni siquiera tengo claro que se trate de un drama) pero si es una maravillosa historia de vida que, además de tocar la fibra emocional de quienes la contemplan, contiene una critica social nada encubierta mientras nos recuerda la importancia de la educación como requisito fundamental para tener una oportunidad en la vida.

La especial relación entre Chala y Carmela me hizo pensar en los años de escuela e instituto. Recordé a todos aquellos y aquellas que junto con los misterios de las matemáticas, la biología y la historia, me educaron para enfrentarme al mundo. Busque y rebusque en mi memoria quien había despertado en mí una especial curiosidad por una materia concreta, quien había dejado más huella en mi conciencia de alumno ávido de aprender. Siento decir que no encontré a nadie especial. Tal vez se deba a que la vida errante que me correspondió por la profesión de mi padre me obligaba a cambiar cada cierto tiempo de escuela o instituto, por lo que no pude establecer ese vínculo especial que te ata a tus educadores cuando lo han sido durante varios años seguidos.

Pese a ello, quiero tener un especial recuerdo para Don Manuel, Dña. Conchita y Azucena, todos ellos profesores de lengua y literatura en diferentes momentos a lo largo de mi vida, porque con sus consejos, correcciones y notas, me animaron a seguir escribiendo, algo que siempre fue una pasión en mi vida.

Gracias a todos.

Y es que esta película es, sobre todo, una loa al maestro vocacional.


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