jueves, 22 de agosto de 2013

Una puerta veraniega

 
Aprovechando este caluroso verano (Méteo, hermosos, os habéis lucido....)

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/previsiones-meteorologos-franceses-frio-verano-2013-2403567

continuo con la revisión de los clásicos de ciencia ficción de ayer y siempre. En esta ocasión, vuelvo al maestro Robert A. Heinlein, autor que por desgracia descuidé en mi adolescencia, que es cuando más se disfrutan sus novelas de aventuras. Un buen ejemplo es “The door into summer”, publicada en 1956.
 
 
Esta entretenida historia está protagonizada por Daniel Boone Davis, un ingeniero extraordinario, que trabaja en un asombroso proyecto en el año 1970. De esta forma, Heinlein tiene oportunidad de imaginar el futuro inmediato, con el desarrollo de los primeros robots domésticos. Daniel tiene un porvenir brillante, en su pequeña empresa, con su socio de toda la vida y con su guapa novia... o eso parecía. Su carácter confiado le hará caer en una terrible trampa de la que va a ser muy difícil escapar. El resto de la historia, de la que no daremos detalles para no estropear la sorpresa, se centrará en el ingenio y ánimo de superación de Daniel, y nos llevará a un futuro aun más lejano…¡el año 2001!.
 
Como casi los autores de ciencia ficción de la época, Heinlein esperaba una conquista espacial que no se ha producido, y sin embargo fue incapaz de prever la revolución en las comunicaciones que hemos experimentado. En algunas cosas si acierta, como en la existencia de cajeros automáticos. Se conoce que la evolución de la banca es mucho más previsible, jeje..También era de la opinión de que una guerra nuclear era inevitable a corto plazo.
 
En cualquier caso, los detalles de ciencia ficción tienen menos peso en esta novela que la historia personal, de amor, lucha y venganza del joven protagonista. El mensaje de que el trabajo duro y la inteligencia y la honradez son la clave del éxito, no por convencional deja de ser eficaz. Las novelas con viajes en el tiempo plantean paradojas imposibles de evitar, pero Heinlein las resuelve con oficio y humor. Algunos detalles y actitudes de sus novelas nos pueden resultar algo chocantes, sobre todo algunos detalles de la trama amorosa en este caso concreto. Muchas de sus novelas reflejan la mentalidad de la América optimista e individualista de los 50.
 
Heinlein sigue resultando muy entretenido. Una novela aparentemente fácil y sin demasiadas complicaciones, aunque con cierto trasfondo.
 

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