jueves, 23 de septiembre de 2010

“¿L´AMERICANO?, SEGUNDA A LA DERECHA”)

El americano
Fue empezar esta película (que para mi sorpresa mi amigo Juan enmarca en la definición “cine negro preciosista” ) y me sentí como si hubiera recibido un chute de rohipnol, fármaco ansiolítico de venta con receta, diez veces más potente que el Valium, (su existencia me es tan familiar por mi más que evidente afición a las películas, novelas y series de TV policíacas, donde esta droga siempre aparece relacionada con violaciones) y que puede producir caída de la presión arterial, pérdida de la memoria, somnolencia, mareos y malestar estomacal. ¡Tal era mi estado!.
Una cabaña en medio de la nieve, la cara chatilla de George Clooney hastiado y en guardia (cosa harto difícil de creer, puesto que aparece apaciblemente sentado frente al fuego y, a su lado, nos ofrecen un primer plano del culo de su acompañante) como corresponde al asesino implacable que supuestamente es.
Cuando lo descubren en ese entorno idílico y recóndito, contacta con el gerente de su ETT (recordemos que es un “terrible” asesino a sueldo) que le abronca por haberse llevado compañía y le aconseja esconderse mejor la próxima vez.
Viaja a Roma, probablemente el destino turístico más visitado del mundo, pero en vez de quedarse allí decide esconderse en un pueblecito pequeño de Los Abruzos, donde es el único extranjero en miles de kilómetros a la redonda y donde cualquiera que pregunte por ”L`Americano”, recibe automáticamente indicaciones de donde y como encontrarlo ¿???.
Solo hay una prostituta en el lugar y mira por donde se enamora de ella porque lejos de aparecer ajada, vieja o desengañada es prácticamente una top model. En la escena en la que, tras su primer encuentro sexual, el la ve entrando a una casa lo único que le falta a la mujer es pasarse el dedo por los labios en ese famoso gesto inmortalizado por los chicos y chicas Martini. A continuación es como si esperaras la aparición de los rostros de los componentes de “Depeche Mode”, de perfil, entonando su “Personal Jesus”. Todo muy VIDEOCLIP.
La película es letal pero por el aburrimiento que produce en el espectador. Se supone que los silencios y miradas del actor son una parte importante de la historia, pero no dicen nada. Eso si es un agradable recorrido paisajístico por Italia, plasmado en una fotografía de gran belleza.
George Clooney es poco actor para que en una película con poco diálogo, su lenguaje no verbal, su compostura y apostura (que yo no termino de apreciar, para sorpresa de la mayoría de mis colegas femeninas) traspasen la pantalla y llegue a un público que, en general en mi sesión, salía adormecido. Tal vez me colé en la sesión 3D y al no llevar las consabidas gafas lo vi todo plano.

Me quedo con la canción “Tu vuò fà l'americano", de Renato Carosone que, no me pregunten por qué, siempre me ha hecho mucha gracia:

“Tu vuò fa l' americano
mmericano! mmericano!
ma si nato in Italy!
siente a mme
non ce sta' niente a ffa
o kay,napolitan!
Tu vuó fa l american!
, napolitan!Tu vuò fa l' american!.”

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