Paco Roca es un excelente creador de novela gráfica. Hace poco leí y comenté en este blog “arrugas”, su impresionante historia sobre la vejez. Hace dos días, un amigo me regaló otra de sus obras, “El invierno del dibujante”. En esta ocasión, Roca nos cuenta una interesante historia real, ocurrida a finales de los años 50 en Barcelona.
Se trata de
la iniciativa de un grupo de cinco dibujantes de Bruguera (Carlos Conti,
Guillermo Cifré, Josep escobar, Eugenio Giner y José Peñarroya), que deciden
abandonar la poderosa editorial Bruguera, para lanzarse a la aventura de crear una
cooperativa, DER, y crear su propia revista: Tiovivo. En ese momento, eran muy
conocidos por sus personajes Carioco, Tribulete, Carpanta, don Pío…sin embargo,
los derechos de autor de toda su obra previa quedaban en Bruguera. Esta
editorial había sido fundada por Juan Bruguera en 1910, y fue una de las
grandes empresas de la época, publicando cromos, tebeos, novelas…hasta su casi desaparición
en 1986 (se transformó en Ediciones B). Su publicación más conocida era
Pulgarcito.
http://es.wikipedia.org/wiki/Editorial_Bruguera
En aquella época
los derechos de autor apenas se reconocían, y los historietistas se veían
obligados a trabajar constantemente, con plazos muy estrictos, y bajo la
supervisión directa de la editorial y de la censura. Estos valientes
profesionales dieron un paso difícil en el año 57. La España franquista, aunque
ya en claro desarrollo económico, no era precisamente un buen lugar para
iniciativas como ésta. ¿Qué posibilidades tenían?¿Cómo lucharían contra la
todopoderosa Bruguera, y con la competencia, TBO? El cómic narra perfectamente
la lucha entre David y Goliath…
Los dibujos y
las escenas son muy naturales, están perfectamente planteados, y narran con
precisión lo sucedido. No es fácil contar una historia así en el breve espacio
de una novela gráfica. De nuevo, como en arrugas, el autor demuestra un dominio
del tema, y se nota el gran trabajo de documentación previo. El libro recoge la
presencia de otros grandes dibujantes de la época, no participantes en la aventura,
sobre todo un joven Ibáñez, y el peculiar Vázquez. Además son conmovedoras
las historias de los propios
trabajadores de Bruguera, sobre todo, Armonía Rodríguez (coordinadora
editorial, traductora y guionista), y Rafael González (Director de la redacción
de Bruguera). Al final nos encontramos una breve reseña sobre todos ellos.
El tono del
cómic resulta agradable, triste, nostálgico. Los personajes de historieta
fueron nuestros compañeros de infancia: un Mortadelo y Filemón (Ibáñez),
Carpanta, El reportero Tribulete, Zipi y Zape (Escobar), Doña Urraca (Jorge),
las Hermanas Gilda (Vázquez), Gordito Relleno (Peñarroya), etc. Como dice el
propio Roca, “los tebeos de la Editorial Bruguera fueron los que me hicieron a
empezar a amar los cómics, y como muchos de mi generación, de las anteriores y
de las posteriores, crecí con todos sus personajes: Capitán Trueno, Mortadelo,
Zipi y Zape, Anacleto…”