AVISO: se dan algunas pistas sobre la película, aunque tratando de no desvelar nada.
Steve Soderbergh es un director americano (de padres suecos)
que irrumpió en el mundo del cine con su película “Sexo, mentiras y cintas de
video” en 1989. Después de aquél bombazo, durante unos años tuvo poco éxito, y parecía
que se iba a quedar en joven promesa del cine. Sin embargo, poco a poco fue
recuperándose, sobre todo con Erin Brockovich, la película protagonizada por una
escotada Julia Roberts sobre la activista medioambiental que vuelve a
estar de actualidad por sus protestas en relación a los hundimientos de
terreno en Florida.
Después Soderbergh aumentó el nivel de calidad de su cine
con la impactante “Traffic “, para pasar a un cine más comercial y divertido en
”Ocean’s Eleven”. En 2002 se atrevió a
adaptar de nuevo la novela clásica de ciencia ficción del genial Stanislaw Lem,
Solaris, con buenos resultados a mi entender (bastante mejor que la adaptación
de Tarkovski, por muy película de culto que sea)De su cine más reciente, destacaría dos interesantes filmes sobre la vida del Che Guevara, y sobre todo, Contagio, una buena película sobre la terrible amenaza que supone una pandemia. En ella, la pobre Gwyneth Paltrow se queda muy flacucha sin necesidad de dieta alguna. Otra película interesante de esta época es “The informant”, sobre la corrupción en el mundo de la empresa.
Y por fin llegamos a un estreno en la cartelera esta semana:
“Side effects” (efectos secundarios). A
priori, se trata de un tema muy interesante: los efectos adversos de las nuevas
medicaciones introducidas en el mercado, y el papel, bastantes veces poco ético,
de las grandes compañías farmacéuticas. Se trata de un tema muy complejo, y la
película lo aborda bastante bien en la primera parte: la promoción de nuevos
fármacos en conferencias médicas, los incentivos ofrecidos a médicos y
pacientes para que estos últimos entren en ensayos clínicos, la presión de los
inversores para obtener beneficios comerciales y en bolsa…
En este sentido, esperaba encontrarme con una película tipo “The
insider” (el dilema, 1999), una de las mejores que se ha rodado sobre el tema
de la salud pública, en este caso denunciando a las empresas tabacaleras. Además, en la primera mitad se aborda además el tema de la depresión de manera bastante seria. Sin embargo, la segunda parte de Efectos secundarios se convierte en un thriller más convencional, con elementos de intriga, sexo, traición, codicia, engaño, etc, esas pasiones tan viejunas en nuestra especie. Aunque la trama resulta entretenida, el director trata de contar demasiadas cosas al final, se aceleran los acontecimientos, y el guión da giros excesivos y un tanto tramposos.
Por todo ello, creo que resulta una película un poco fallida
y extraña, que aun así recomendaría, sobre todo teniendo en cuenta que no hay
demasiada oferta de calidad en estos momentos. Además, las interpretaciones son
bastante buenas, sobre todo la de la principal protagonista, la joven Rooney
Mara (la Lisbeth Salander de la versión americana de Millenium), y también se
defiende bien Jude Law. Fantástica, por cierto, la música de Thomas Newman.
http://en.wikipedia.org/wiki/Rooney_Marahttp://criticas-de-cine.labutaca.net/efectos-secundarios-quimica-quimica/
Una ocasión perdida para hacer una gran película, que se queda en mero entretenimiento.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuen análisis y comentario, Juan. Parece que hubiera más de una película. Coincide sustancialmente con lo que también explica Javier Ocaña en su crítica de El País que titula 'Píldoras para ser feliz'
ResponderEliminarhttp://cultura.elpais.com/cultura/2013/04/04/actualidad/1365090230_413542.html
Y cierto, la música de Thomas Newman es fantástica. Un gran compositor de bandas sonoras (basta ver su filmografía) que ha sido nominado nueve veces al Oscar a la mejor BSO y aún no lo haconseguido. Llegará, sin duda... http://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Newman