domingo, 29 de abril de 2012

Love is in the air. So are salmons.


La Pesca de Salmón en Yemen (Lasse Halström, 2011)

Un perfecto empleado público británico, especialista en pesca, metódico y ordenado, recibe una propuesta aparentemente disparatada: la de crear las condiciones para que la pesca del salmón sea posible en Yemen, porque al jeque de por allá le viene de capricho, y ya se sabe como van estas cosas. La propuesta es enviada por medio de una empleada atractiva y eficiente de una empresa intermediaria, y además hace gracia a la secretaria de comunicación del PM en un momento en el que es conveniente que el Reino Unido recomponga las relaciones con Oriente Medio, que están en peligro de deterioro por un error en la guerra de Afganistán de consecuencias trágicas. Ésta es la síntesis del argumento de una película que, de acuerdo con ella, parecería una frikada con poco sentido. Pues algo de eso hay.

A partir de los ingredientes citados, de unos protagonistas monos y más o menos convincentes, de buenas localizaciones, planos originales y con fuerza, y una fotografía a ratos espléndida, Lasse Halström, que si algo no se le puede negar es que es un director solvente, monta una película amable, optimista y que está bien para ver en estos tiempos de zozobra y desánimo. Lo que pasa es que para mi es más un film hecho de detalles que una obra redonda. Tenemos el jeque progre que en lugar de montar un atentado ecológico de mil demonios por capricho, tiene como objetivo el avance y la modernización de su país y de su pueblo. Tenemos la crítica feroz al poder político británico, y por extensión al occidental, más preocupado en la imagen que en la realidad, aunque dicha imagen tenga que ser fabricada sintéticamente (imponente Kristin Scott Thomas en el papel de secretaria de comunicación cínica y con principios dudosos). Obviamente no puede faltar la historia de amor múltiple, claro que en este caso las cosas vienen más fáciles que en otros, por una parte porque él era-infeliz-en-su-matrimonio-porque-su-esposa-era-el-mismo-demonio, y ella, profesional eficiente y chica monísima, llega a creer que un militar puede ser el hombre de su vida. Así cualquiera.

Es una película aconsejable sin excesos, más por la suma de detalles que por la unidad. Y porque vivimos unos tiempos en los que se agradece el mensaje optimista, de que la determinación tiene su recompensa, y de que los buenos ganan. Le pondría en torno a un 6,5, y eso teniendo en cuenta que sólo la última escena me ha hecho quitarle un punto.

1 comentario:

  1. Si, coincido con tus comentarios. Me parece bastante original, aunque al final no se libra de caer en unos cuantos tópícos...pero bueno, resulta potita y fermosa. Abrazos.

    Jarr. y Jarr.

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