Un colegio en Montreal. Una clase
de chavales de 12 años. Todo parece transcurrir con normalidad…hasta que la
tragedia golpea a alumnos y profesores. Una muerte entre estos últimos obliga a
contratar a toda prisa como sustituto al peculiar profesor Bachir Lazhar, que
se enfrentará al reto de superar el shock y volver a la rutina del estudio y la
vida escolar. Sin embargo, las cosas no van a resultar nada sencillas, porque
tanto alumnos como profesores esconden secretos
y sorpresas…
“Profesor Lazhar” es una de las grandes
películas de este año, si no la mejor. Desde la primera escena, traza un
retrato magistral del ambiente escolar, como pequeño espejo de la sociedad y la
vida. Por un lado, aborda el gran tema de la educación, confrontando los
métodos tradicionales de enseñanza, con su énfasis en la disciplina, el trabajo
individual y el respeto al profesor y al compañero, con los actuales, más
basados en la creatividad, la libertad y el trabajo en grupo. El debate que
surge es muy enriquecedor y nada sectario, y resulta enormemente interesante.
Lazhar, mucho más prudente y comedido que Robin Williams en “el club de los
poetas muertos”, resulta ser a su manera
un gran profesor…y alumno. Este maravilloso personaje está interpretado por
Mohamed Fellag, un actor y director argelino afincado en Francia desde 1997, más
conocido en el mundo del teatro que del cine. Consigue transmitir su amor por la
enseñanza, y especialmente por la lengua y la literatura. Habla un bellísimo francés,
que hará las delicias de todos los interesados en este idioma (conviene por lo
tanto ver esta película en VO).
Pero la trama no se limita a la
educación, y aborda otros aspectos como la inmigración, la tolerancia, y sobre
todo, la violencia: ¿hasta qué punto la agresividad forma parte de la
naturaleza humana? ¿Cuál es la mejor forma de canalizarla? La película juega
con un misterio que se irá revelando poco a poco, añadiendo interés e intriga a
los 90 minutos que pasan como un suspiro.
El montaje y la música son
perfectos para la historia narrada, y las interpretaciones de niños y
profesores, son precisas y contenidas, y logran emocionar al espectador sin aparente esfuerzo.
Una película inolvidable, una
obra maestra, que seguramente tendrá recorrido
comercial y más reconocimientos. Está nominada como mejor película extranjera a
los Oscars 2012.
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