domingo, 18 de septiembre de 2011

El origen del planeta de los simios, o Arma Letal 113


La historia del cine de ciencia ficción está llena de pelis que recogen de uno u otro modo el terror ante el apocalipsis biológico, desde La Invasión de los Ultracuerpos hasta cualquiera de Mortadelo y Filemón (por aquello del profesor Bacterio). No es tan común que dicho argumento sea utilizado para enlazar con un clásico de varias décadas atrás, y me atrevería a suponer que son muy contados los casos en que la película actual se constituya en precuela del clásico en cuestión. Éste es el caso de el “El origen del planeta de los simios” (Rupert Wyatt, 2011), y por sí solo sería ya motivo para despertar interés por la película.

La trama es conocida: en el contexto de la investigación de soluciones farmacológicas para la enfermedad de Alzheimer que aqueja a su padre, un biólogo de una empresa farmacéutica lleva a cabo algunos experimentos disfuncionales, pero también consigue una cría de chimpancé que desde el principio muestra una inteligencia y una capacidad de comunicación y conocimiento de su entorno que ya quisiera el PP para su candidato a la Moncloa. El animalito en cuestión (que sí podríamos calificar de monosabio y no los auxiliares taurinos) va creciendo en secreto pero en la medida que madura su personalidad -con perdón-, desarrolla el previsible conflicto de lealtades e inquietudes personales y de ubicación en el mundo que no puede acabar bien. Hay que decir en favor de los primates que a la hora de escoger entre acamparse en la entrada del Golden Gate Bridge y liarla parda escogen esto último para regocijo del espectador. De ese modo en unos cuantos minutos de acción desmedida se ventila todo, en lugar de perdernos en inacabables asambleas con temas a aprobar por unanimidad.

Es cierto que contiene bastantes elementos recurrentes (malos que son tan cabrones que no dejan lugar a dudas, ambición de la industria farmacéutica, esta sociedad nuestra que siempre oprime a los buenos y los transforma en rebeldes porque el mundo los hizo así, protas guapísimos que por lo menos se emparejan enseguida y no lo pringan todo demasiado de miel, etc), es verdad que la batalla final es poco creíble, si se me permite la expresión, y que la actuación policial es de pesadilla. Pero por otro lado contiene un planteamiento original, está muy bien hecha, no se hace larga y es divertida. Mi opinión es que un friki que se precie tiene que verla.

Yo he creído ver un guiño al clásico en una aparición fugaz en una pantalla de televisión de Charlton Heston, aunque yo diría que se trata de Los Diez Mandamientos, y no de El Planeta de los Simios. También veo, aunque reconozco que esto puede ser más deseo mío que realidad, un par de pequeños homenajes a 2001: Una odisea del espacio, contemporánea de la cinta de Franklin J. Schaffner.

¿Que a qué viene lo de Arma Letal 113? Pues eso, que la veáis.

Consejo: si vuestro vecino adopta un chimpancé adorable, no discutáis y emigrad.

2 comentarios:

  1. Durante la primera mitad del metraje la peli es muy interesante (rollito cinentífico y tal). Pero poco a poco se va conviertiendo en un mero homenaje al 3D, en un alarde de artificios y acción.
    Explica cómo los simios alcanzan una inteligencia equiparable a la humana, pero eché en falta un poco de explicación, de detenimiento en el exterminio de los hombres.
    Tal vez haya segunda parte.

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  2. Una precuela para algunos algo innecesaria, pero creo que para todos entretenida. Merece la pena verla si te gusto la anterior pero tampoco esperando grandes cosas.

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