viernes, 8 de mayo de 2015

Community

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 El grupo de amigos frikis y el chino loco profe de español

Buscando entre las series frikis de culto que todavía me faltaba por conocer, he empezado a ver Community, la comedia americana (o sitcom) de la NBC dirigida por Dan Harmon.

Harmon nació en Milwaukee, y acudió brevemente a la Universidad “Glendale Community College”. Los community college son instituciones públicas de enseñanza superior, que ofrecen ciclos cortos, de dos años, con la posibilidad de continuar los estudios en universidades tradicionales. También ofrecen educación para adultos. Reciben estudiantes locales y están apoyadas por los ayuntamientos correspondientes.   


La experiencia en Glendale ha sido la base para la creacion de esta serie, “Community”, que, narra las aventuras de un grupo de estudiantes muy dispar, en la ciudad ficticia de Greendale, Colorado. La serie está plagada de alusiones alusiones a la cultura popular, a través de uno de los personajes, Abed Nadir (Danny Pudi), un genio que escapa del negocio familiar para tratar de convertirse en director de cine. El grupo está liderado por Jeff Winger (Joel McHale), un abogado tramposo que se ve obligado a acudir a Greendale cuando descubren que su título es falso. Al tratar de ligarse a la guapa activista Britta Perry (Gillian Jacobs), organiza un grupo de estudio de español que atraerá a todo tipo de frikis. Pero más disparatados todavía resultan el profesor de español-mexicano, el chino loco Ben Chang (Ken Jeong), y el atontado director Craig Pelton (Jim Rash). Lógicamente, con esas mimbres el nivel de español que acanza el grupo no es muy avanzado, aunque consiguen componer un rap que dice algo así como “¿dónde está la biblioteca, muñeca?”.

La serie habla sobre todo de amistad, y trata con humor y finura temas conflictivos como las tensiones raciales, la religión, etc. Resulta original, y arranca sonrisas, cuando no carcajadas. Ha tenido un éxito considerable, y la NBC ha producido 5 temporadas desde el año 2009. La sexta ha sido producida por Yahoo!.


Además de los episodios regulares, hay otros “webisodes” disponibles en la página web ficticia de la institución.


Las críticas de las serie han sido buenas, sobre todo a partir de la segunda temporada.

In 2012, Entertainment Weekly listed the show at #15 in the "25 Best Cult TV Shows from the Past 25 Years," with high praise: "The series' affinity for ambitious, high-concept story lines meta humor, and constant pop culture allusions has helped it earn the kind of fervent fan following some of its higher-rated comedic competitors must envy.



Una serie para reirse un buen rato, y tratar de identificar las referencias a la cultura pop.







miércoles, 15 de abril de 2015

El Departamento Q de Jussi Adler-Olsen

El pasado martes 14 de abril, se celebró una reunión especial del Club de Novela Negra Taiga, ya que nos visitó el autor danés Jussi Adler-Olsen. Tuve la oportunidad de presentar brevemente sus libros, y luego hubo una interesante sesión en la que contestó a las preguntas de los miembros del club.
Jussi Adler-Olsen es conocido tanto por su obra narrativa como por sus ensayos y su labor dentro del mundo editorial. Estudió medicina, sociología y cinematografía al mismo tiempo que trabajaba como librero de segunda mano y comenzaba a involucrarse en la edición como lector de pruebas. De hecho, nos comentó que su trabajo de librero le ayudó mucho a conocer los gustos de los lectores, y se siente como en casa en una librería cultural como Taiga.
Su primer libro publicado fue una biografía de Groucho Marx que se convirtió en un éxito de ventas en Dinamarca. Además, Adler-Olsen se ha involucrado en negocios más allá de la edición, donde ha dirigido su propia editorial, y forma parte del consejo de varias empresas dedicadas a las energías renovables, y al software.
Su carrera novelística comenzó a partir de 1995 gracias al éxito de su primera novela, La casa del alfabeto, que se convirtió en un bestseller internacional y con el que alcanzó gran prestigio en los países nórdicos.  Dedicado desde entonces a la novela de intriga y misterio, Adler-Olsen ha creado una serie de libros relacionados entre sí por el Departamento-Q. Según nos contó, en los años 2006 y 2007 escribió un esquema de los 10 libros de la serie, que pensaba terminar en pocos años. Sin embargo, lleva ya 8 y calcula otros cuatro más para finalizarla. En realidad, son 10 entregas de una gran novela, que tiene como protagonista al Subcomisario Carl Mørck. Tras un tiroteo con consecuencias dramáticas, Carl es apartado a un departamento de casos antiguos, el Departamento Q, pero gracias a su ingenio y a la colaboración de sus curiosos compañeros Assad y Rose, será capaz de resolver antiguos y variados casos.
La novela que teníamos preparada para la ocasión es Expediente 64, una interesante obra que abarca varios periodos históricos, desde los años 50 hasta la actualidad. Aborda las consecuencias de la reclusión forzosa de mujeres consideradas promiscuas en la isla danesa de Sprogø. Durante casi cuarenta años, siguiendo las teorías eugenésicas en boga, se realizó un internamiento y se procedió a esterilizar a muchas infortunadas mujeres. Una de esas historias traerá terribles consecuencias a lo largo de los años…
La novela resulta entretenida de leer, aunque su trama al principio es excesivamente compleja. Probablemente sea mejor comenzar con la primera de la serie, para ir conociendo la evolución de los protagonistas desde el principio.
 Jussi Adler-Olsen es un autor muy conocido internacionalmente, pero en España ha quedado en un segundo plano, quizás eclipsado por la avalancha de autores nórdicos de novela negra. Sin embargo, está decidido a cambiar esta situación. El hecho de vivir en Barcelona unos meses al año sin duda le facilitará la tarea.
En definitiva, un autor interesante y polifacético, y una tarde especial en la Librería Taiga de Toledo.

domingo, 5 de abril de 2015

De paseo por Madrid

Madrid es cultura...
 Madrid es historia...

Madrid son sus calles...
 
y sus museos...
Sorolla, el pintor de la luz....
Madrid y el Museo Sorolla les fascinarán...

viernes, 27 de marzo de 2015

LISBOA

Por sus calles...
 Por sus plazas...
 
 Por sus tranvías y elevadores...
 Por su río y su mar...
  Por sus vistas...
 
 Por ser patria de descubridores....
 
 
Por todo eso y por mucho más, Lisboa es una ciudad acogedora, cosmopolita y preciosa.....

Ex_Machina

Un joven programador, Caleb, después de ganar un concurso organizado por su empresa se prepara para conocer a Nathan, el misterioso y solitario director ejecutivo de la compañía.

Tras  viajar a un lugar remoto y aislado, recala en la futurista vivienda de su jefe que lo deja, literalmente, con la boca abierta. Una construcción integrada perfectamente en la naturaleza en la que, buscando la armonía y la paz interior a través del equilibrio, predominan las líneas rectas, los puntos de luz disimulados, mucho cristal y pocos objetos decorativos, entre los que destaca un cuadro de Jackson Pollock, el pintor de las erráticas salpicaduras, cuyos tonos fríos encajan perfectamente con el ambiente ascético que el excéntrico multimillonario se ha impuesto a sí mismo. Una estética Zen donde el empleo de la paleta de blancos, grises, ocres y beiges, pretende crear un ambiente sosegado, un remanso de paz, en el que poder reflexionar y trabajar sin distracciones inútiles. El orden por encima de todas las cosas.

La cuidada ambientación y la posibilidad de estar al mismo tiempo en diferentes espacios, merced a las paredes de cristal y las cámaras diseminadas por todos los rincones,  hace que te sientas como en un teatro, con la ventaja que ello supone en cuanto a cercanía y ausencia de intermediarios entre el personaje y el espectador pero con la desventaja de que la ficción resulta más obvia y, por tanto, más difícil de creer.

Si Caleb hubiera leído las historietas de “Mortadelo y Filemón”, del genial Francisco Ibáñez, sabría que cuando el profesor Bacterio aparece en escena lo mejor es correr, ya que el prestigioso científico de la TIA acostumbraba a probar sus nuevos inventos con alguno de los miembros de la empresa, la mayoría de las veces con resultados nefastos. Nathan, que no solo recuerda al profesor Bacterio por su cabeza pelada y su espesa barba negra, invita al joven a pasar una semana en su residencia para que participe en un experimento: debe interactuar con su última creación, una encantadora robot-mujer, para probar si la máquina es tan inteligente, o más, que los humanos.

Padre, Hijo y Espíritu Santo, la Santísima Trinidad; los tres Reyes Magos de Oriente; que no se note, que no se mueva, que no traspase, las tres reglas de toda buena compresa; el bueno y el feo que no serían nadie sin el malo.... Todo el mundo lo sabe: si no respetas la importancia del número tres atente a las consecuencias. Pues el debutante Alex Garland ha hecho caso omiso de esta máxima y al concebir su criatura se ha saltado las tres leyes de la robótica de Asimov:

Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.

Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.

Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.

¿Resultado? Una robot-a muy, pero que muy mala y ladina.

El delicado rostro de Alicia Vikander esconde una inteligencia artificial que, tras engullir toda la información proporcionada por el potente buscador ideado por su particular Dr. Frankenstein, al que desprecia, aprende a coquetear, mentir y manipular al joven programador que, fascinado, se deja arrastrar y aturdir por lo que él cree sentimientos humanos pero que en realidad no son más que acciones, fruto de las combinaciones más precisas de datos, para obtener el resultado exacto deseado.

Un thriller psicológico de ciencia ficción que después de películas como “Blade Runner”, de Ridley Scott, o “Artificial Intelligence”,  de Steven Spielberg, nada aporta al controvertido tema de la relación hombre-máquina.

Vale que podamos definir la película como elegante (sobre todo por el escenario en el que transcurre) y magnética (por los delicados movimientos de Ava y su innata capacidad para, como buena unidad de placer, jugar con su inexistente sexualidad para alterar la capacidad lógica de Caleb), pero el conjunto resulta algo aburrido y bastante previsible, por lo que decepcionará a todos aquellos que como yo creen que el cine debe ser, ante todo, puro entretenimiento.

Por si no se habían dado cuenta, no quiero terminar estas líneas sin hacerles notar que Ava posee unas medidas de infarto, un rostro angelical y una maldad digna de la mejor fémina que pudieran soñar: un paso más en la evolución de las maquinas pero siempre respetando los estereotipos que tanto nos ha costado perpetuar hasta la fecha.

¡Solo faltaría!



viernes, 27 de febrero de 2015

El francotirador

El mundo se divide en dos categorías, Tuco: los que tienen el revólver cargado y los que cavan. Tú cavas.”
 

Parece que últimamente Clint está sufriendo una especie de regresión que le devuelve a la etapa en la que, a las órdenes de Sergio Leone, recorría a caballo el desierto de Tabernas con su maloliente poncho (dicen las malas lenguas que utilizaba el mismo en todas sus películas y apenas lo lavaba), aclamado y temido como el pistolero más rápido a este lado de Almería.

Después vino el inspector Callahan (más conocido como Harry el sucio) empuñando su potente Magnum 44, el arma corta más poderosa del mundo. En “Gran Torino” recurre al rifle M-1, calibre 30, semiautomático, supongo que por aquello de que a los ochenta laaargos puede disminuir la puntería ya sea por la vista o por un inoportuno temblor de manos asociado a la edad. Da igual, lo que importa es que haya un machote, guapo o bueno, disparando lo que sea contra el feo o el malo de turno.

De ahí pasó a las guerras: primero la II Guerra Mundial ('Cartas Desde Iwo Jima' y “Banderas de nuestros padres”) y ahora, con “El francotirador”, se adentra en la de Irak.

Sí señores, estamos ante un francotirador, sniper para los americanos, experto en azoteas y en disparar a grandes distancias, siempre sin ser visto, su enorme fusil con precisión milimétrica. Como mucho una o dos balas por blanco y te encuentras con más de 160 muescas en la culata que te convierten en la leyenda. ¡Bravo por el Navy SEAL Chris Kyle!
 

Supongo que el Critics Choice Awards como Mejor actor de Acción 2014 a Bradley Cooper se lo habrán dado únicamente a ciertas partes de su anatomía, en concreto a sus dedos (por esos primeros planos ajustando con precisión la mirilla o mostrándonos, con el temblor del índice, el terrible dilema que supone decidir, en tan solo un segundo, si habrá que disparar el gatillo o no) porque desde luego ni los ojos ni los músculos faciales, si es que los tiene (cuando pasas demasiado tiempo en el gimnasio, a medida que se hinchan todos los músculos del cuerpo, menos el viril como canta Sabina, vas perdiendo flexibilidad y ganando rigidez en el cuerpo pero, por lo que parece, también en el rostro), logran transmitir otra cosa que no sea lo mismo que transmiten los de una vaca cuando observa el traqueteo del tren mientras trisca una brizna de hierba.

Y aquí llegamos a uno de los grandes misterios de la humanidad tan irresoluble como el de la fórmula de la Coca-Cola, a saber ¿en qué se basan los miembros de la Academia de Hollywood para elegir a los candidatos al Oscar al Mejor Actor cuando no interpretan a un enfermo terminal o a un discapacitado?

La crítica americana rendida a los pies de Clint: "Eastwood (...) detona el explosivo y la tristeza como sólo él sabe hacerlo. Es por eso que su película se lleva un pedazo de ti”, escribe el crítico de la Revista Rolling Stone. La crítica española, bastante menos entregada y más realista, no oculta su decepción con el resultado: "'El Francotirador' convierte en pura mecánica lo que debería haber sido cine vibrante: una oportunidad desaprovechada, un disparo en falso", escribe Noel Ceballos de la Revista Fotogramas.

Perdonen los admiradores de Clint Eastwood (entre los que, aunque no lo parezca, me encuentro merced a películas como “Mystic River”, “Million Dollar Baby” o “Sin perdón”) y los amantes del género bélico, pero considero esta película y su cansina letanía de la lealtad a la patria y a los hermanos de armas por encima de tu propia familia, como una burda americanada propagandística para justificar una intervención militar que nunca debió producirse.

El epílogo, que no podía ser de otro tratándose de Estados Unidos, lo firma el loco de turno, en este caso veterano de guerra también, que tirando de pistola se carga, en territorio amigo, al héroe nacional en un intento de arañar la porción de fama que su falta de pericia, o de valor, le impidió conseguir mientras estuvo desplegado en territorio enemigo.

¡Putas armas!



domingo, 15 de febrero de 2015

Red Army



Red Army es un documental ruso-americano que narra la historia del equipo de hockey sobre hielo “El ejército rojo”. El documental, de 76 minutos de duración, es el segundo dirigido por Gabe Polsky, guionista, productor y director norteamericano, nacido en 1979. Su anterior obra, The motel life, ganó dos premios en el Festival de Roma. Red Army se estrenó en Cannes, fuera de concurso, y ya ha recibido varios merecidos premios. Más conocido es su productor, Werner Herzog, un cineasta con una larguísima lista de documentales.
Red Army narra la historia del excepcional equipo soviético de hockey sobre hielo, que dominó las competiciones internacionales durante los años 80 y 90. A priori, leyendo su argumento, parecería dirigido exclusivamente a los aficionados a este deporte, entre los que no me encuentro. Fui a verlo porque había leído que abordaba el papel del deporte en la política de la Unión Soviética, su valor como símbolo de superioridad sobre la “decadencia” occidental,  y los cambios experimentados con la caída del régimen. Red Army aborda con maestría este tema y varios más.
La historia personal de los jugadores es narrada por ellos mismos. Estupendas imágenes de archivo nos van mostrando su sacrificio en durísimos entrenamientos y competiciones bajo una férrea disciplina militar, la supervisión cada vez más estrecha por parte del KGB…los jugadores se convierten en figuras del deporte mundial, cada vez más codiciadas por los poderosos equipos americanos. El protagonista principal, el capitán Slava Fetisov, cuenta con una mezcla de orgullo, nostalgia y cierta sorna lo acontecido durante tantos años, su paso de héroe a villano ante las autoridades, su lucha personal y sobre todo su amistad con los jugadores que configuraron uno de los mejores equipos de la historia del deporte. El montaje se permite momentos de humor y ternura, mantiene el suspense, y reserva un par de sorpresas para el final.
Aunque apenas conozco nada sobre este deporte, las imágenes del equipo Red Army en acción, con sus pases imposibles, su coreografía de ballet, su juego limpio y su mentalidad de victoria resultan emocionantes. Toda la película hace resonar algo en nuestro interior, una mezcla de nostalgia y asombro por los acontecimientos de aquellos años, en los que presenciamos el final de la Guerra Fría.