Vladimirrr pekadorrr suberrr pakarrr que la cosa ta mu marrl...
Para
los aficionados a la astronomía, la astronáutica y la ciencia ficción, es fácil
encontrar películas y documentales sobre la carrera espacial de los EE.UU.
Mucho menos frecuentes son las películas sobre la otra parte en litigio: la
Unión Soviética. Por ello, tenía interés en ver la película rusa de 2017 “Salyut
7”, dirigida por Klim Shipenko. Supongo que ésta debe ser su primera película
que llega al mercado occidental.
La
historia narra una misión soviética de rescate a la nave Salyut 7, que había
sufrido una importante avería mientras estaba desocupada y volando en piloto
automático entre misiones tripuladas. El Programa Salyut (saludo) consistió en
la puesta en órbita de una serie de estaciones espaciales, civiles y militares,
entre 1971 y 1985. Fueron lanzadas por el potente cohete Protón, que sigue
activo desde Baikonur. Las estaciones Salyut fueron sustituidas por la famosa
Estación MIR. La Saluy 7 fue la última de la serie, la más avanzada, y fue
visitada por misiones internacionales.
En
febrero de 1985, la estación Salyut 7 se quedó sin electricidad. Aunque le
quedaba poca vida útil, se decidió probar suerte con una arriesgada misión de
rescate protagonizada por los cosmonautas Vladimir Dzhanibekov y Victor
Savinikh. Lo más complicado en principio era el atraque manual (los soviéticos
confiaban en un buen sistema de atraque automático que tenían perfeccionado).
La estación rotaba en tres ejes haciendo muy complicado el atraque que debía
ser manual en cualquier caso. Los cosmonautas lo consiguieron, en una gesta de
valentía y destreza. A partir de ahí tendrán que lidiar con todo tipo de dificultades
que no vamos a comentar…
La
película sigue los esquemas clásicos del cine espacial de aventuras realistas.
Conocemos las circunstancias personales y familiares de los cosmonautas, bien
recreadas por actores y actrices desconocidos para nosotros; se reconstruye la
interesante tecnología de los 80, anticuada pero exprimida a fondo por técnicos
competentes; vivimos las tensiones políticas, militares y técnicas en el centro
de mando en un ambiente de cambio, en el que se intuye el final del comunismo
en una Unión Soviética ya dirigida por Gorbachov…
Esta
película consigue muy buenos resultados de efectos especiales, todo resulta muy
real, con el mérito de contar con un presupuesto bastante más bajo que los
de Hollywood. Además, los personajes resultan creíbles, no incurren en el
histrionismo o la exageración de algunos caracteres de las películas clásicas
de aventuras, esos tipos a los que nos gustaría que un meteorito les quitara de
en medio en su primer paseo espacial para que nos dejaran disfrutar del resto
de la película. Si total, ya sabemos que van a morir antes o después…
Es
de agradecer que en una película de estas características sea comedida, no
abuse de los lloros y los gritos en la estación de control, y en general, trate
todos los temas que aborda con precisión, delicadeza y sensatez, si bien parece
que ha modificado algunos aspectos de lo que realmente pasó.
Es
una manía de casi todas las películas históricas que no acabo de entender. Si
se trata un episodio real, ¿los guionistas van a ser mejores que la propia
historia? Imposible. ¿Por qué nos tienen que complicar la vida a los
espectadores, obligándonos a revisar que es verdad y que es invención? ¿Tienen
que inventarse cosas para justificar su sueldo? Les pediría que rodaran dos
versiones, una la real y otra para el público cuyo gusto creen conocer. A ver
cual tiene más éxito. Eso si, la
recreación de la nave y toda la tecnología ha estado muy cuidada, y se nota.
Hay escenas muy bellas, y algunos momentos son realmente espectaculares.
Parece
que los rusos están recuperando episodios interesantísima historia espacial de
la Unión Soviética.
Una
película muy entretenida. Una buena peli de "tíos que flotan", como diría nuestra amiga Teresa. Muy recomendable en general, e imprescindible para
los amantes del género.